Por: José Emilio Oliveros Seisdedos
Santiago de Cuba, 27 Feb (RHC) Una representación de los hijos de esta ciudad cumpliendo las medidas de bioseguridad contra la COVID-19, rindió hoy homenaje a Carlos Manuel de Céspedes, el Padre de la Patria, en el aniversario 147 de su caída en combate en San Lorenzo, en el mismo corazón de la Sierra Maestra.
Con solemnidad los integrantes de la Unidad de Ceremonia del Cementerio Patrimonial Santa Ifigenia, realizaron el cambio de la Guardia de Honor en el Sendero de los Padres Fundadores de la Nación para iniciar el tributo.
Seguidamente se efectuó el depósito de una ofrenda floral a nombre del Pueblo de Cuba en el mausoleo donde reposan los restos de Céspedes.
Es la ocasión para honrar la memoria del hombre que dio el primer grito de independencia el 10 de Octubre de 1868 en su ingenio “La Demajagua”, al primer presidente de la República en Armas, al abogado, esgrimista, al escritor y compositor.
Al decir del Héroe Nacional José Martí Carlos Manuel de Céspedes al iniciar la contienda libertadora “se hecho todo un país a sus espaldas y no fue suficiente”.
Durante la contienda insurreccional recibió el dolor de perder a su hijo Oscar ante la decisión de no deponer las armas y traicionar a todos los cubanos que lucharon y combatían por la soberanía de la nación, gesto que lo convirtió en el Padre de la Patria.
En los últimos meses de su existencia se refugió en las montañas de San Lorenzo al ser depuesto de presidente de la República en Armas y el 27 de Febrero de 1874 en una emboscada de una columna de soldados del batallón español de San Quintín perdió la vida el hombre que se sacrificó por libertad de su tierra.
Su cadáver fue trasladado a la ciudad de Santiago de Cuba, velado en el otrora hospital de la loma del intendente y luego recibió sepultura en el cementerio Santa Ifigenia, hasta que se erigió una mausoleo de mármol de Carrara simbolizando una capilla ardiente donde esta un busto de Céspedes, una figura femenina con una cadena rota representado la Patria y en lo más alto una antorcha para enarbolar la llama que prendió en La Demajagua.
Ese monumento, una joya del arte funerario cubano fue trasladado de sitio en el campo santo santiaguero para formar parte del Sendero de los Padres Fundadores de la Nación.