Millones en EEUU se están salteando la segunda dosis/ La Nación
Más de 5 millones de personas, o casi el 8% de quienes recibieron la primera dosis de la vacuna de Pfizer o de Moderna, se saltaron la segunda dosis, según los datos más recientes de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC). Y ese porcentaje es más del doble entre quienes fueron inoculados en las primeras semanas de la campaña nacional de vacunación.
Mientras el país lucha con el problema de los millones de estadounidenses que directamente no quieren vacunarse, las autoridades locales de salud enfrentan el imprevisto desafío de asegurarse de que quienes se vacunan reciban el esquema de inmunización completo.
Las razones que explican el ausentismo para la segunda dosis son variadas. Al ser consultada, la gente argumenta temor a los efectos secundarios, como los síntomas gripales, y otros dicen sentirse ya suficientemente protegidos con una sola dosis.
Esas reacciones eran previsibles, pero hay otro obstáculo inesperado y también muy extendido: muchos centros de inoculación han cancelado los turnos de aplicación de la segunda dosis porque se quedaron sin suministros o por falta de la dosis correcta en sus stocks.
La cadena de farmacias Walgreens, uno de los mayores administradores de vacunas de Estados Unidos, les dio turno a muchas personas que habían recibido una primera de dosis de Pfizer, por ejemplo, en locales que solo tenía la vacuna de Moderna, o viceversa.
Varios clientes de Walgreens manifiestan que el propio personal de la farmacia tuvo que ayudarlos a encontrar otro local de la cadena que contara con la vacuna adecuada, a veces sin demasiado éxito. Y puede suponerse que muchos otros se dieron por vencidos a mitad de camino.
Los expertos sabían desde un principio que sería difícil lograr que todos los inoculados con la primera dosis se presentaran tres y cuatro semanas después a recibir la segunda. Así que era esperable que a medida que la vacunación avance, también crezca el número de quienes esquivan la segunda dosis.
Pero las autoridades de algunos estados dicen que de todos modos la tendencia es alarmante, y tratan de buscarle la vuelta al problema para que el porcentaje de los “vacunados a medias” no se dispare.
Hay creciente evidencia, tanto de ensayos clínicos como de campañas de inmunización del mundo real, de los peligros de saltarse la segunda dosis. En comparación con el régimen de dos dosis, una sola inyección desencadena una respuesta inmune más débil y puede dejar a los receptores más susceptibles a las variantes más peligrosas del virus. Y aunque una sola dosis proporciona una inmunización parcial contra Covid, nadie sabe cuánto dura esa protección a medias.
“Es muy preocupante, porque la segunda dosis es necesaria”, dice el doctor Paul Offit, profesor de la Universidad de Pensilvania y miembro del panel asesor de vacunas de la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA).
El riesgo es grande, porque en Estados Unidos hay una sola vacuna monodosis autorizada, la de Johnson & Johnson, cuya aplicación justamente debió suspenderse el mes pasado, cuando se la vinculó con un efecto secundario muy raro, pero grave, relacionado con la coagulación sanguínea. El viernes, los funcionarios federales de salud dieron luz verde para reanudar la aplicación de esa vacuna, pero es probable que una combinación de temor de la gente y los problemas de producción en curso hagan que la vacuna de Johnson pase a ser una opción cada vez menos viable para muchas personas.
(Tomado de La Nación)