Imagen: Archivo.
Apenas tres años después del triunfo de la Revolución en 1959, surgió en Cuba el Sistema de Defensa Civil el 31 de julio de 1962 y desde entonces sobresalió por la preservación de la población y de sus recursos materiales ante presuntos desastres naturales o tecnológicos.
Su creación surgió por una de las tantas iniciativas del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz y en un inicio recibió el nombre de Defensa Popular, a partir de la Organización Militar de Industrias.
Esta última agrupación la formaron trabajadores con el propósito de proteger los bienes de la Revolución de los ataques y sabotajes, organizados y financiaros por el gobierno de Estados Unidos, que evidenció así desde muy temprano su injerencismo desenfrenado contra el novedoso proyecto social a escasas millas de su territorio.
Especialistas del actual Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil (EMNDC) recordaron a la Agencia Cubana de Noticias que el primer jefe de la DC era el Comandante del Ejército Rebelde Augusto R. Martínez Sánchez (1923-2013), quien combatió en el II Frente Oriental Frank País.
Desde el punto de vista histórico, su integración también era una necesidad impostergable, si solo se tiene en cuenta que el decreto presidencial del 10 de diciembre de 1941 instituyó su organización, pero ni ese ni los sucesivos gobiernos se ocuparon de ponerlo en práctica.
Sin embargo, la incipiente DC cobró auge por la tragedia que provocó en la región oriental el paso del huracán Flora, del cuatro al ocho de octubre, lo cual implicó la consolidación de sus estructuras hasta el 11 de julio de 1966, cuando la Ley No. 1194 la oficializó.
Paulatinamente se perfeccionó en coincidencia con la creación de los órganos locales del Poder Popular y la nueva división político-administrativa en el país.
La norma dispuso que el Presidente del Consejo de Ministros asuma su dirección a través del Ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y designó al Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil su principal órgano metodológico y rector del sistema.
Incluso, en 1986 hubo que constituir el Centro de Investigaciones Científicas de la Defensa Civil, otra acción de su artífice, el máximo líder de la Revolución Cubana, por el hecho de que el bioterrorismo de las administraciones de Estados Unidos introdujeron en 1981 la epidemia de dengue hemorrágico que costó la vida a 158 cubanos, entre ellos, 101 niños.
A partir de ese momento, el país contó con una instalación de nivel de seguridad biológica que posibilitó dar respuesta a múltiples misiones encaminadas a mantener la salud humana, animal y vegetal estrechamente vinculadas a las necesidades del Ministerio de Salud Pública y de otros.
En ese mismo año se inician los Ejercicios Meteoro dirigidos por el EMNDC con el objetivo de preparar a los órganos de dirección y a la población para situaciones de desastre, y poco después la realizaron de congresos internacionales marcaron pauta para el futuro.
Casi una década más tarde, emergieron los Centros de Gestión para la Reducción del Riesgo de Desastres a fin de facilitar y elevar la efectividad de los decisores en ese sentido, que se han replicado en varios países caribeños y constituyen un ejemplo de la cooperación SUR – SUR.
En 2012, se puso de manifiesto el agravamiento de la situación sanitaria en la región de las Américas, lo que implicó para el EMNDC más indicaciones conjuntas con el MINSAP para intensificar el trabajo de enfrentamiento a los brotes epidémicos de enfermedades infectocontagiosas, incluso en 2019 la pandemia de la COVID-19.
(Tomado de ACN).
