Bent Hamer en La Habana. Foto:PL
por Wendy Zuferri
A pesar de la ola de "marvelización" que vive la cinematografía mundial, el realizador noruego Bent Hamer sigue haciendo películas con historias de interés humano.
Ese término distingue a las cintas cuyos protagonistas son los efectos visuales frente a lo que toda la vida fue, simplemente, cine. Es un término que resulta redundante para Hamer porque, según él, si no tienes ni historia ni interés humano, no hay película.
El director de cine interrumpió gustoso sus vacaciones en el trópico para participar en la inauguración del ciclo homenaje organizado por la Cinemateca de Cuba, en esta capital, 8 al 11 de febrero; también para impartir una clase magistral en la Escuela Internacional de Cine y Televisión, y concedió amable esta entrevista.
Bent Hamer en la Cinemateca de Cuba. Foto:PL
“No sé», responde a la primera interrogante de si sus obras están hechas con la intención expresa de ser distintas la una de la otra.
“Me encuentro con críticos que me dicen que son muy diferentes entre sí, otros opinan que resultan muy similares. Quizás sea que yo siempre tengo una misma visión de la gente, lo que cambia es la situación en que las coloco.
“La variedad de locaciones en la que he filmado tampoco es intencional, sino pura coincidencia y, a veces, un desafío complicado de vencer para la producción, porque te obliga a trasladar personal y equipamiento por unas distancias enormes».
Esta diversidad geográfica que abarca desde los bajos fondos neoyorkinos de Factótum hasta los barrios más céntricos de París en 1001 gramos fue impulsada, en buena medida, por el espaldarazo internacional que representó para él ser nominado en 2004 por Historias de Cocina a los Premios Europeos de Cine y al Oscar a la Mejor Película Extranjera.
Los anteriores son solo algunos puntos destacables en un largo camino de 35 años en el mundo de la realización cinematográfica, en el cual agradece tener siempre la compañía de su director de fotografía, Philip Øgaard, con el que trabaja ininterrumpidamente.
“Él es muy preciso, muy detalloso a la hora de encuadrar los planos, hace unos desplazamientos de cámara despaciosos que ayudan a esa velocidad reducida con la que me gusta trabajar porque pienso que contribuye al desarrollo de los personajes y de la historia.
“Las especialidades técnicas son muy importantes, pero siempre tienen que estar ahí para apoyar la historia, no al revés. Si no, una vez que pasa la primera impresión, solo te queda un movimiento muy agitado de cámara en mano que no te contó nada.
TOMAR SITUACIONES PEQUEÑAS Y HACERLAS CRECER
“Me gusta tomar situaciones pequeñas y hacerlas crecer. Trato temas que en un primer momento le hacen preguntarse a la gente: ¿Y esto importa? Aparentemente, no tiene el menor interés cuántos huevos se come cada familiar dentro de una casa, como en Huevos, o exactamente cuánto pesa un kilogramo como en 1001 gramos.
“Sin embargo, en la medida que vas ahondando te das cuenta de que son botones de muestra de cuestiones y filosóficas y conceptuales como el acomodarse en lo que conocemos de nuestro día a día, o el temor a enfrentar lo desconocido, que son problemas bastante universales, lo que creo que ayuda a que sean películas bien recibidas a lo ancho del mundo».
Bent Hamer Filmes. Foto:PL
En un ejemplo muy representativo del carácter internacional de este director, considerado entre los mejores de la llamada Nueva Ola Noruega, su película más reciente, El Intermediario, fue filmada en Canadá, con un reparto compuesto por actores de ese país y escandinavos, aunque se desarrolla en Estados Unidos.
“Es y no es el Medio Oeste Americano. Puedes inferirlo de todas esas fábricas y otros tantos lugares de trabajo abandonados, pero no se dice explícitamente, el pueblo en sí es imaginario.
“No quise hacerla como una película de crítica social a la realidad norteamericana porque he visto personalmente casos similares en Europa y creo que en el mundo actual se están viviendo muchas situaciones semejantes. La juventud desempleada, la lucha por la supervivencia diaria y la falta de perspectivas de futuro se generalizan».
Excepto este último trabajo, todos los filmes de Hamer fueron exhibidos en Cuba. Ahora trajo a La Habana su última producción, también para que fuera debatida por los estudiantes de la Escuela de Cine y Televisión de San Antonio de Los Baños, a quienes visita por tercera vez.
“Las otras dos, en 1997 y 2010, fueron más informales. Esta fue muy bien organizada, para tratar la dirección, la escritura de guion y la producción. Ya ellos se habían preparado y vieron El Intermediario con antelación. Pero para quienes no la hayan visto, se las recomendaría con la frase promocional del poster: La muerte es una manera muy dura de ganarse la vida”, subrayó. (Tomado de PL)