por José R. Oro*
Muy destacadamente, acerca de “la represión y violaciones de los derechos humanos”: se presentan casos de asalariados “disidentes” y gamberros de todo pelaje, aun cuando pruebas claras y documentadas, incluso videos, desenmascaran sus montajes que enseguida hallan- o ya lo tenían reservado con antelación– despliegue informativo en ciertos medios.
Una persona que conozco, me comentó el 27 de abril del 2022: “Dicen” que este año no va a ir casi nadie a la Plaza por el Primero de Mayo. ¡Que poca vergüenza hay que tener!
Destacaron por su mezquindad y vileza, en plena crisis de la COVID-19, las agresiones sistemáticas contra los servicios médicos cubanos por parte del Gobierno de Donald Trump y sus títeres como el derrotado Jair Bolsonaro y otros, nada cambió con Joe Biden significativamente.
No les importó, y al parecer no soportan, que esos médicos vayan a salvar vidas y reciban el reconocimiento y el agradecimiento de otros pueblos. Otra cosa de la que los propagadores de bolas y calumnias no “Dicen” una sola palabra.
-Omisión y/ o falsificación de la prolongada lucha cubana contra el terrorismo, así como de agresiones terroristas directas, como el ametrallamiento de la embajada de Cuba en Washington, que son “desaparecidas del mapa”, con muy poca o ninguna cobertura mediática. De esas cosas no “Dicen” nada.
Esta vertiente tiene como máxima expresión, a un nivel delirante, la inclusión de Cuba en la lista de “países que no colaboran con la lucha antiterrorista”, que es lo más absurdo que se pueda afirmar, No “Dicen” nada de Posada Carriles, los Novo, y el debutante Alexander Alazo, entre muchísimos más.
Son solo ejemplos que creo relevantes. Hay más formas, con la peculiaridad de que muchas de ellas son planamente degeneradas e insultantes, contrarias a la decencia humana. Cero condenas, más bien omisiones e incluso elogios a quienes embadurnaron las estatuas y bustos de José Martí con sangre de cerdo hace unos meses, o a quienes han presentado los símbolos patrios en obscenidades imperdonables. De eso ningún enemigo
“Dice” nada.
Con toda franqueza, algunos revolucionarios también usamos la crítica de manera “selectiva”, censurando mucho hacia afuera y poco hacia dentro.
Dentro de Cuba critican a cuentapropistas o que han hecho algo censurable y lo extienden injustamente de manera genérica a todos los demás de forma abierta o inferida y a otros violadores del orden económico, sin mencionar en ocasiones carencias inducidas por la negligencia o el egoísmo y formas burocráticas que son parte significativa del problema. Algunos de ellos consideran que la “riqueza” es más peligrosa que la pobreza
No mienten, pero tampoco lo “Dicen” todo. Sin embargo, y claramente, estos últimos superan por años luz en estatura moral a los enemigos de Cuba y el socialismo que van de farsa en farsa mediática. Hay quienes se niegan a ver (y tratan de ocultar a los demás) que sí hay sociedades socialistas exitosas, y alegan que no debemos “imitar” a nadie, cuando obviamente no se trata de “imitar” sino de asimilar aquellas experiencias prácticas que puedan ser útiles para Cuba. Quienes propagan “bolas” no expresan nada acerca de estos medulares problemas de la sociedad.
En un dibujo semejante, el Prof. Néstor del Prado Arza, eminente matemático, pensador y líder universitario cubano, mostraba las diferencias profundas entre una tan socorrida como falsa igualdad y la real equidad a la que Cuba aspira
Quisiera hacer énfasis en el caso de aquellas personas que se suponen en el “centro” y así lo dicen o lo insinúan sin decirlo. No hay un “centro” entre el bien y el mal, aunque haya muchas cosas que cambiar para preservar y perfeccionar el bien. De hecho, esos hipercriticismos, “selectividades” u omisiones desestimulan y perjudican grandemente la crítica objetiva, ya que cualquier comentario crítico y justo que se haga es atacado por los hipercríticos, selectivos u omisores, prestos a despedazar y echar sal en las heridas, pero no a solucionar algo.
Cuba está hoy en el camino de poner bajo control la crisis generada, no solo en el país sino en cada una de las naciones del mundo, por la COVID-19.
Este éxito extraordinario se ha logrado en un momento de exacerbación máxima del bloqueo anticubano que no permite a la isla siquiera comprar partes para ventiladores mecánicos o componentes de medicinas. ¿Cómo continuar, cómo lograr que la sociedad cubana elimine sus carencias y pueda disponer de lo que se requiere para su correcto funcionamiento, en un contexto tan espinoso y lleno de obstáculos?
Los economistas del capitalismo creen ser los dueños absolutos de la racionalidad y el pragmatismo. Muestran como prueba lo que es el resultado de sus propios cálculos de utilidad pretendidamente racionales; es decir, una derivación tautológica tan inútil e insulsa como decir que “un triángulo tiene tres lados”.
El perfeccionamiento de la sociedad socialista cubana no implica, de ninguna manera, desmantelar el socialismo y regresar a la sociedad cubana prerrevolucionaria o ir al capitalismo con unos cuantos millonarios, un millón de clase media y diez millones de pobres y mendigos. No vale la pena discutirlo, simplemente es un absurdo. Pero es lo que con expresiones edulcoradas le ofrecen al pueblo cubano, y no lo lograrán jamás.
Para distinguir la crítica valiosa, constructiva y que represente progreso y perfeccionamiento de la sociedad cubana, creo que hay “tres piedras de toque” que separan lo honesto y cívico de lo banal o del sabotaje solapado o abierto:
–Cuba es y será una sociedad socialista, tal y como la Constitución proclama y garantiza.
–El PCC y el Gobierno de Cuba representan al pueblo y son la vanguardia de la sociedad cubana.
–En el plano económico, la economía estatal socialista tiene que ser eficiente y será la protagonista de la vida económica del país, en una relación sincera, justa y equilibrada con un amplio sector económico no estatal, sea este cooperativo, de MiPymes no estatales (también las hay estatales) o de trabajadores por cuenta propia. Empresas extranjeras invierten en Cuba, los cubanos que viven en la isla o en el exterior (siempre que se reconozcan estos tres puntos, es decir las leyes de Cuba) pueden tener también esa oportunidad.
Por todo lo anterior, creo que para la recuperación postpandemia y más allá, es necesario reconocer los profundos y verdaderos valores de la sociedad cubana actual y el impacto que estos tienen en las relaciones humanas. Hay que denunciar incesantemente los brutales ataques a que Cuba ha sido sometida in crescendo en medio de este tremendo reto que es la pandemia. Quienes amen sinceramente a Cuba no pueden ponerse en un inexistente “centrismo” de manera vergonzante a mirar lo que pasa y solo criticar sin mirar o ignorando –incluso manipulando– los contextos.
Es necesaria una nueva racionalidad, tanto económica como de la convivencia, que reafirme los postulados del socialismo. Se requiere el compromiso claro y visiblemente expresado, no “implícito o timorato”, con el socialismo. Precisamos también de una mejorada economía que permita la construcción del socialismo próspero, sostenible y humano que anhelamos y necesitamos siempre- más aún en estos tiempos de pandemia, cambio climático y amenazas fascistas contra la existencia de la humanidad.
Hay demasiada agresión que llega disfrazada de crítica, y hay que separar la hipercrítica de oscuros motivos, y aún más la calumnia/ bazofia, del aporte transparente e inteligente, sincero, al necesario perfeccionamiento de la sociedad cubana.
Los enemigos del socialismo y exegetas del capitalismo son los antagonistas más jurados del pueblo cubano, los que defienden el criminal bloqueo cuyo único objetivo ha sido por décadas sumir en el hambre, empobrecer y dividir.
Sobre todo es inaceptable propalar “Dicen”, calumnias malevolentes y cobardes. Ya tenemos demasiada experiencia de las “bolas” y el anti- laborantismo antipatriótico, parodia triste de la realidad.
El gran científico y pensador cubano Dr. Luis A. Montero Cabrera en su formidable artículo ¡Cuídate, España, de tu propia España!: “¡Cuánto tenemos que aprender de la historia bien contada y desprejuiciada para evitar que una debacle moral e ideológica favorezca el engaño y lleve a los inmorales a convertirse en líderes de masas!… sin dogmas que nos lleven al autoengaño. ¿Qué está pasando y por qué? ¿Cómo podemos revertir estas peligrosas tendencias de las que no estamos exentos, porque no vivimos en una burbuja aislada? César Vallejo, un peruano poeta de los más grandes de nuestra lengua, compuso una pieza famosísima cuyo título encabeza este escrito. Podría parafrasearse hoy: ¡Cuídate, Cuba, de tu propia Cuba!”
Los que se dedican a confundir, calumniar y desmoralizar son enemigos conscientes de Cuba. El “Dicen” se ha convertido en una pretendida patente de corso para mentir y calumniar al país que los vio nacer. La palabra más prohibida y que jamás usan los que “Dicen”, es Bloqueo económico, comercial y financiero. ¡Jamás la pronuncian!
¡Que Cuba sea suelo fértil para la reafirmación de aún más elevados valores, como aquellos de la equidad real entre los ciudadanos, la solidaridad humana, la justicia y el fortalecimiento de la democracia real que privilegia a la isla, el auge de la ciencia, los valores de una futura economía eficiente que ya hoy es solidaria, de la colaboración internacional y no de crueles, fascistas e ilegales bloqueos! (Tomado de PL)
*Ingeniero cubano residente en Estados Unidos