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Por Marinela Samper

Próximos a las elecciones de los 470 candidatos a diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular, es bueno reseñar el origen de la estrategia impulsada por el líder de la Revolución, Fidel Castro, en la importancia del voto unido, al que se convoca y no impone.

Fue una visión certera de democracia real, de llevar a los escaños del Parlamento la verdadera esencia de la representación de la sociedad cubana, un paso autóctono, audaz, en busca de un sistema electoral más justo.

Decisión calificada de las más valientes del Estado cubano en la década de los 90, en pleno periodo especial, cuando se derrumbó el campo socialista, perdimos más del 80% del comercio exterior y se recrudecieron las medidas punitivas contra Cuba con el bloqueo de Estados Unidos.

Pero este pueblo resistió y afrontó el reto de mantener la soberanía del pais.

La Constitución de la República de 1975, en lo referido al sistema electoral, planteó asuntos claves como la forma en que el pueblo ejerce sus derechos, el poder y se incorporaron normas nuevas que no se aplicaban en otros países.

Por primera vez se expresaba de una manera concreta, el principio de que el pueblo postula y el pueblo elige, como expresara Fidel…

“La idea del voto directo y secreto para la elección de la Asamblea Nacional es iniciativa del Partido, que se toma en la Comisión Preparatoria del congreso y es propuesta al mismo. Fue un paso valiente, un paso audaz, un paso revolucionario para establecer el principio de que el pueblo postulaba y el pueblo elegía directamente no solo a los delegados de circunscripción, sino a los delegados a las asambleas provinciales y a los diputados a la Asamblea Nacional, máximo órgano del poder del Estado. Cómo hacerlo, era una cuestión que estaba por analizar y por profundizar. Cómo hacerlo dentro de nuestro sistema, cómo hacerlo dentro del concepto de un Partido único, idea y concepto que tenemos que defender como una de las cosas y una de las conquistas más importantes de nuestro país,…De modo que teníamos que crear algo mas justo,mas nuevo, equitativo, mas democrático, algo mas puro. La preocupación fundamental era preservar la pureza de nuestro sistema electoral y que no se produjera la politiquería en ese proceso”.

Surgió la fórmula que estamos aplicando, darle al ciudadano el derecho a tantos votos como candidatos en su municipio o distrito; dijo Fidel, Cada elector podía hacer el uso que estimara conveniente, podía votar por uno, por dos, por todos o por ninguno. Se establecía un requisito, había que sacar más de la mitad de los votos válidos.

Eso acuñó el carácter democrático de nuestro sistema.

Muchos de los valores extraordinarios que tenía nuestro pueblo, estaban ahí reconocidos y postulados.

Una de las características de la democracia cubana y su Parlamento, que no tiene ningún otro país, es que casi la mitad de los diputados son delegados de base, personas modestas, capaces, en permanente contacto con el pueblo.

Importante el desempeño de las Comisiones de candidatura, presididas por la Central de Trabajadores de Cuba. Sus propuestas son aprobadas por las asambleas municipales y provinciales, así como por los delegados de circunscripción.

Así lo enfatizó y dejó de legado Fidel, en su reunión con candidatos a diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular, de Ciudad de La Habana, el 20 de febrero de 1993.

" que no se diera la idea del voto unido como una consigna sino como una estrategia revolucionaria, que no se viera el voto unido como un acto de disciplina, sino como un acto de conciencia, que se entendiera que es lo más justo del mundo que podemos hacer con nuestros votos…aplausos”

Ayer como hoy, la historia ha demostrado que la estrategia del voto unido es necesaria, patriota, revolucionaria.

Es la expresión de Unidad de todo un pueblo por preservar sus conquistas, la soberanía e independencia de la Nación y el propósito de un desempeño mejor en el ejercicio de la democracia participativa del pueblo por la prosperidad y el bien de todos.