Cuba: de país aliado a país ocupado por EE.UU.

Editado por Maria Calvo
2023-07-19 11:28:54

Pinterest
Telegram
Linkedin
WhatsApp

Guerra hispano-cubano-norteamericana-El Lugarteniente General del Ejército Libertador cubano, Calixto García, junto al General
William Ludlow. Foto: Archivo de Granma

por : Delfín Xiqués Cutiño

El 25 de abril de 1898 Estados Unidos le declaraba formalmente la guerra al Reino de España, utilizando como pretexto la voladura del acorazado USS Maine, en la bahía de La Habana, y la necesidad de proteger al pueblo cubano, a los residentes estadounidenses en la isla y a sus propiedades, entre otras justificaciones.

Ante esta inesperada situación el gobierno de la República en Armas y su Ejército Libertador se convirtieron en aliados de Estados Unidos. Para los cubanos el enemigo era España, a la que combatían desde hacía 30 años para lograr su independencia. Ignoraban que de ahora en adelante se las tenían que ver con un enemigo más poderoso y ladino. El imperialismo norteamericano.    

El desembarco en costas cubanas, que comenzó el 22 de junio de 1898, primer día del ocaso del dominio español sobre el archipiélago, y preludio de más de medio siglo encadenados a la potencia del Norte.

Estaban conscientes de que sin la ayuda de las tropas cubanas no podrían poner un pie en tierra firme. Sabían que los mambises llevaban mucho tiempo combatiendo a las fuerzas españolas, y que habían derrotado a un numeroso grupo de sus experimentados jefes militares; además, conocían el terreno palmo a palmo y estaban acostumbrados a la crudeza del clima en la manigua.

La guerra comenzó en tierra el 10 de junio de 1898 cuando se efectuó el primer desembarco de infantes de marina estadounidenses, cerca de Guantánamo, con la ayuda de fuerzas mambisas.

El Lugarteniente General Calixto García se entrevistó el día 20 de junio, en el lugar conocido como El Aserradero, cerca de Santiago de Cuba, con El Almirante Sampson y el General Shafter. Allí, luego de algunas discusiones se aprobó el  Plan General  Estratégico para la campaña de Santiago de Cuba, presentado por el Lugarteniente General Calixto García.

Se decide tomar el poblado de El Caney el 1 de julio. El general Shafter le confía esa misión al general Lawton, quien asegura que lo hará en dos horas. Pero se equivoca, le tomó 12.  Esta posición desde el punto de vista militar no es estratégica porque se encuentra alejada de la ruta a Santiago de Cuba. Para el general García lo más acertado hubiera sido flanquearla para evitar bajas innecesarias. Como así ocurrió.

En El Caney se encuentra el fuerte de El Viso y cuatro fortines de madera que se comunican entre sí por trincheras. Desde allí el general español Vara del Rey dirige las operaciones. Cuenta con unos 520 hombres.

Lo que ocurrió entonces nos lo relata Aníbal Escalante Beatón, que con 18 años de edad se desempeñaba como Capitán ayudante del General Calixto García:

«Más las cosas no comenzaron a salir como se había planeado. Los americanos, sin atenerse a nuestras experiencias y nuestros consejos, atacaron en formaciones cerradas y compactas, cargando con oleadas, como acaso sus jefes hubiesen leído que habían hecho sus antecesores en Yorktown o Napoleón en la meseta de Platzon, en Austerlitz. Y, claro, los españoles, que sí sabían lo que hacían los dejaron acercarse y los recibieron a tiro rasante de cañón y con descargas cerradas de sus máusers desde sus protegidas posiciones. Excusamos decir la carnicería que se produjo. A las diez de la mañana no quedaba nada del ataque americano, porque nuestros "aliados" habían tenido que retroceder con enormes bajas sin haber podido siquiera roer los atrincheramientos exteriores de El Viso y SanJuan. Por nuestra parte, sin embargo, con bien probadas tácticas guerrilleras, alcanzamos nuestros objetivos con bastante celeridad, infiltrándonos profundamente entre los dos puntos fuertes enemigos».

Lawton, luego de desobedecer la orden de retirada, sobre las 3 de la tarde tuvo que pedir refuerzos urgentes al Lugarteniente General Calixto García y a la Brigada de Miles. Además de aceptar las indicaciones del general cubano de variar las formas de atacar.

De inmediato los batallones de infantería de Lawton y de Shafter fueron reforzados por fuerzas mambisas. Los combatientes cubanos del batallón Caonao, después de un violento ataque, son los primeros que asaltan y toman el fuerte El Viso.

A las seis y quince de la tarde, con las fuerzas cubanas en la vanguardia, caía el poblado de El Caney.

Posiblemente si el general Shafter hubiera utilizado la artillería como le había orientado Calixto García, las bajas hubieran sido menores.

Simultáneamente con el ataque a El Caney, comenzó también la batalla por la fortaleza de la loma de San Juan. Las tropas yanquis estaban formadas por cinco brigadas con unos 8 000 hombres a las que se sumaron las tropas mambisas bajo el mando del Coronel Carlos González Clavel, con 600 combatientes.

Los españoles defendían sus posiciones con extraordinario valor, y causaban numerosas bajas, a tal punto que en uno de los ataques, el Regimiento 71 de Voluntarios de Nueva York, quedó paralizado, en pánico, desorientado y comenzó a retirarse.

Al percatarse el oficial cubano de esta situación, ordenó avanzar a las fuerzas mambisas a flanquear al Regimiento yanqui. Restableció  la línea de fuego y logró que los soldados yanquis regresaran y prosiguieran  su avance.

Apoyadas por el fuego de las baterías que se  habían emplazado, poco a poco la resistencia española fue cediendo hasta que las tropas cubano-americanas alcanzaron el firme de la loma de San Juan y su fortaleza

De los 450 soldados españoles que participaron en la batalla, solo se salvaron 90. Los yanquis perdieron 1 612 soldados, de su fuerza atacante. Por su parte, se calcula que las bajas cubanas fueron más de 200 combatientes.

Ante la presión de las tropas cubano-americanas y al cerco a que estaba sometida la ciudad, los españoles se entrevistaron con las autoridades yanquis, a espaldas de las cubanas,  para negociar la rendición de la plaza.

El día 16 se firma el acta de capitulación de la ciudad entre las autoridades yanquis y españolas, excluyendo a las cubanas.

Ese día Shafter le envía un insolente mensaje al General Calixto García, temeroso de que los mambises ocasionaran desordenes en la ciudad, y entre otras cosas le dice: “Las tropas españolas capitularon…se ha convenido que ninguna tropa, ni siquiera americana o cubana, entre en Santiago por el presente. Haga el favor de instruir debidamente a las de su mando.”

Y al siguiente día, solo las tropas yanquis entraron a la ciudad de Santiago de Cuba. Nuevamente los cubanos fueron excluidos por sus aliados.
Respuesta del general Calixto García a Shafter:

«Formamos un ejército pobre y harapiento, tan pobre y harapiento como lo fue el ejército de vuestros antepasados en su guerra noble por la independencia de los Estados Unidos de América; pero, a semejanza de los héroes de Saratoga y de Yorktown, respetamos demasiado nuestra causa para mancharla con la barbarie y la cobardía». (Tomado del diario Granma)



Comentarios


Deja un comentario
Todos los campos son requeridos
No será publicado
captcha challenge
up