Los revolucionarios consideraron este sitio ideal para instalar una supuesta granja avícola.
Foto: Claudia María Delgado
La Granjita Siboney, sitio desde donde partieron 129 jóvenes de la llamada Generación del Centenario encabezados por Fidel Castro (1926-2016) a los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, el 26 de julio de 1953, atesora cada uno de los momentos vividos por los protagonistas, quienes no dejaron morir a José Martí (1853-1895) a 100 años de su natalicio.
Esta casa, otrora conocida como Villa Blanca, comenzó a construirse en 1945 por su propietario, el comerciante José Vázquez Rojas, natural de Santiago de Cuba, y se utilizaba como lugar de recreo para disfrute de su familia.
Nombrada así por los colores blanco y rojo con que la pintaban sus dueños, fue descubierta por Fidel Castro y Ernesto Tizol Aguilera, en abril de 1953, cuando realizaban un recorrido por la carretera de Siboney.
“Los revolucionarios consideraron este sitio ideal para instalar una supuesta granja avícola, pretexto para su propósito real: funcionar como cuartel general de los asaltantes que participarían en la gesta”, afirmó a la Agencia Cubana de Noticias Dayana del Toro Guerra, especialista principal del actual Museo ‘Granjita Siboney’.
“Ellos valoraron la relativa cercanía a las montañas, por si sucedía algún fallo poder refugiarse, y a la vez distante de la ciudad de Santiago de Cuba”, manifestó.
Contó la especialista que en los primeros días de julio de 1953, el joven Abel Santamaría Cuadrado ocupó la vivienda y como encargado de la granja mandó la construcción de gallineros donde se ocultaron los autos utilizados para la acción.
“Junto al santiaguero Renato Guitar acondicionó un pozo seco para esconder armas, al que se le puso una cruceta de madera y una tina de metal llena de tierra y plantas para dar la apariencia de un cantero similar a los de la entrada de la casa”, relató.
La noche del 25 de julio llegó un grupo de jóvenes a quienes Fidel en la madrugada del 26 dio a conocer el plan de ataque, y la partida se produjo aproximadamente a las 04:45 horas con rumbo a la fortaleza militar.
Terminadas las acciones, algunos asaltantes regresaron y 19 de ellos siguieron a Fidel por la cordillera de la Gran Piedra con el objetivo de continuar la lucha; fueron ayudados por los campesinos hasta su captura el primero de agosto, por el teniente Pedro Manuel Sarrías.
“La propia mañana de la Santa Ana, soldados del ejército de Fulgencio Batista irrumpieron y ocuparon la Villa deshabitada, depositaron en la tarde y la noche cinco cadáveres de jóvenes asaltantes asesinados, dejaron abandonado en una de las porterías de acceso el cuerpo sin vida de un civil, y se produjo el ametrallamiento en la fachada de la vivienda para simular un falso enfrentamiento”, añadió la museóloga.
De Villa Blanca a Museo
Debido a la conmoción por lo sucedido en el inmueble y sus alrededores, los dueños de Villa Blanca no desearon volver a disfrutar del lugar, pues su propietario fue cuestionado y llevado a juicio.
Explicó del Toro Guerra que gracias a las declaraciones de los moncadistas, José Vázquez resultó absuelto y de conjunto con su familia decidió volver a prestar el local en varias oportunidades, hasta que en 1959 se radicaron aquí otros familiares.
El 23 de julio de 1965 la casita blanca y roja donde se inició la última etapa de la Guerra de Liberación Nacional fue convertida en Museo ‘Granjita Siboney’, y por su importancia histórica en 1979 se declaró Monumento Nacional.
Actualmente posee siete salas de exhibición donde se muestra la historia de la villa, en la segunda el ideario martiano y el nombre de todos los participantes, habitación donde durmieron las heroínas Melba Hernández y Haydée Santamaría, una maqueta para visualizar el recorrido de la acción e imágenes de la represión del ejército a los jóvenes moncadistas.
Entre los artículos valiosos se encuentra uno de los 16 carros en los que partieron al asalto, una representación de armamentos, uniformes y objetos de los participantes en la acción, documentos y parte del mobiliario original.
“Con vistas a conmemorar el aniversario 70 de aquellos acontecimientos, la entidad recibió una remodelación que contempló pintura, cambio de falso techo y de la cerca perimetral, y reconstrucción de los gallineros”, precisó.
En saludo a la fecha los trabajadores del centro realizan diversas actividades como la exhibición de cartas pertenecientes a los moncadistas, encuentros con niños y jóvenes, y un panel dedicado al apoyo del campesinado a Fidel Castro. (Tomado de la ACN)