Jóvenes artemiseños participantes en las acciones del 26 de julio de 1953.

La Habana, 25 jul (ACN) El libro Los muchachos de Artemisa, publicado en formato digital por la editorial Verde Olivo, es un acercamiento a la vida de los jóvenes artemiseños que participaron en las acciones del 26 de Julio de 1953 en Santiago de Cuba.

Una de las autoras del texto es María de las Nieves Galá León, Licenciada en Periodismo y Máster en Didáctica de las Humanidades, quien contó a la Agencia Cubana de Noticias las experiencias en la elaboración de sus historias, a partir de los testimonios ofrecidos por algunos participantes en las acciones, familiares y amigos.

En unión de su colega Felipa Suárez, añadió que en sus entrevistas a los parientes de los mártires descubrieron la grandeza de estos hombres, su amor a la Patria.

Mencionó los casos de Sergio y Gilda Álvarez Durant, descendientes de Tomás Álvarez Breto, y a la primogénita nunca se le olvidó el instante en que su papá llegaba del trabajo:

“Él se paraba en la esquina y cuando nosotros lo divisábamos se agachaba y nos decía: ¿quién me quiere a mí?, nos cargaba a los dos y nos llevaba hasta la casa”, relató en su publicación, presentada en febrero pasado en la XXXI Feria Internacional del Libro de La Habana.

Señaló que en su mayoría, procedían de hogares humildes y con esfuerzo lograron aprender las primeras letras, se criaron como hermanos, algunos compartieron la misma escuela y maestros, y jugaban pelota en el terreno que hicieron a fuerza de correr de un lado a otro, como una gran familia.

Eran, como expresó en una oportunidad el Comandante de la Revolución Ramiro Valdés, hermanos de la vida, continuó Galá León, artemiseña de nacimiento, en su descripción.

Muchas veces se menciona el nombre de La Matilde, el barrio del cual salieron varios de los asaltantes y Ramón Pez Ferro recordó que vivía a tres casas de Ramiro Valdés; Ciro Redondo y Julito Díaz.

También residían por allí, prosiguió, Rosendo Menéndez, primo de Ramiro, y el tallercito para coger ponches, propiedad de Santana. Pepe Suárez, quien también vivía en las cercanías, sabía que teníamos una actitud y posición claras en relación con Batista, y contactó con nosotros.

Pez Ferro sería el único sobreviviente de los asaltantes al hospital civil Saturnino Lora, junto con Melba Hernández Rodríguez del Rey y Haydée Santamaría Cuadrado, donde se desató una represión feroz después de que la operación dirigida por el abogado Fidel Castro Ruz no alcanzó los objetivos planeados.

Recordó que pertenecieron a la Juventud Ortodoxa, martianos de corazón, algunos vinculados a la Asociación de Jóvenes Esperanza de la Fraternidad (AJEF), que estuvieron en contra del golpe de Estado el 10 de marzo de 1952.

Por tanto, razonó, estuvieron creadas todas las condiciones para que tantos jóvenes se unieran a la causa impulsada por el abogado Fidel Castro Ruz, de forma que 28 artemiseños llegaron a estar presentes en las acciones del 26 de Julio de 1953 en la entonces provincia de Oriente.

Puntualizó que la historia recoge una anécdota que habla del gran corazón de Rigoberto Corcho, pues su hermana, Edelma, se encontraba enferma y él le dio su reloj de pulsera, pero ella se opuso porque sabía cuánto él lo apreciaba. Rigo le expresó: ““Para que sepas la hora en que tienes que tomar las medicinas”

Son detalles, ejemplificó, que hablan de la grandeza de todos e igual impacto causaron las cartas enviadas a sus padres y familiares por Ciro Redondo García y Julito Díaz, de las cuales emanan las ideas, sueños y principios, de los revolucionarios, convertidos en expedicionarios del yate Granma y en integrantes del Ejército Rebelde. Los dos mueren en combate y no pueden ver el triunfo de la Revolución en 1959.

Igualmente, el libro recoge, como anexos, una entrevista a la Doctora en Ciencias Jurídicas Marta Prieto Valdés, profesora titular de Derecho Constitucional en la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana, sobre los principios del Derecho Procesal violados durante el juicio seguido a los asaltantes a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, este último en Bayamo, actual provincia de Granma.

Además, por la información histórica y con el consentimiento de sus autores, el artículo Fundación del Movimiento 26 de Julio en Artemisa, de José Antonio Fernández Riesgo y Daniel Suárez Rodríguez.

Resultaron esenciales en la reconstrucción de los hechos, las reiteradas visitas al Mausoleo de los Mártires de Artemisa, donde además de acceder a valiosa bibliografía, contaron con el apoyo de todos sus trabajadores.

Incluso, los encuentros sostenidos con Daniel Suárez Rodríguez, historiador artemiseño, que dio la posibilidad de contar con libros publicados sobre esos sucesos, como Recuerdos del Moncada, escrito por Mario Lazo.