Imagen ilustrativa tomada de sabuco.com
Por Alfredo García Almeida*
La guerra de Israel y Hamás en la Franja de Gaza, se ha revelado como uno de los conflictos más largo y complejo en la historia moderna. El horror que sufren hoy las generaciones de israelíes y palestinos, tiene su origen hace casi un siglo. En la opinión pública internacional, crece el llamado a la instalación de los dos Estados.
A finales del siglo XIX, surgió en Europa el movimiento sionista que promovía el establecimiento de una patria para el pueblo judío en Palestina, “la antigua Tierra de Israel”, región que en ese momento formaba parte del Imperio Otomano. Muchos judíos emigraron a Palestina en pequeñas oleadas y después masivamente al término de la II Guerra Mundial.
Tras la I Guerra Mundial, la Sociedad de Naciones encomendó a Gran Bretaña la administración territorial de la zona meridional del Levante mediterráneo, (que incluye a Palestina) con el estatus de “territorio bajo mandato”. Los británicos ocupaban Palestina como colonia desde 1917.
El 23 de agosto de 1929, bajo el mandato británico, se registró en Palestina la primera masacre de judíos por parte de palestinos en Hebrón, que se extendió después a todo el territorio obligando a los sobrevivientes a huir de la ciudad. Por su parte, las organizaciones judías-sionistas, cometieron masacres contra los palestinos entre 1947 y 1948, con el propósito de provocar terror dentro de la sociedad civil árabe. Se estima que 700 mil palestinos, fueron expulsados de sus tierras.
El 7 de febrero de 1947, el gobierno británico presentó un plan para crear un gobierno provisional, formado por palestinos e israelíes. La Agencia Judía, el Alto Ejecutivo de los Árabes Palestinos, así como representantes de los países árabes, rechazaron el proyecto. Frustrado por el irresoluble conflicto y la creciente insurrección de las organizaciones clandestinas judías contra la ocupación británica, el secretario de Asuntos Exteriores, Ernest Bevin, anunció el 14 de febrero de 1947 como “irreconciliables” las diferencias entre judíos y palestinos, admitiendo que “Gran Bretaña, no era capaz de encontrar una solución al futuro de Palestina”. Según Bevin, “Estos dos pueblos tienen dos prioridades: los judíos buscan establecer un Estado; y los árabes buscan evitarlo”. Por consiguiente, hemos llegado a la conclusión, de que la única vía que tenemos “es someter el problema al juicio de la Organización de las Naciones Unidas”.
El 29 de noviembre de 1947, la Asamblea General de la ONU, aprobó con la Resolución 181, el fin del mandato británico en Palestina y un Plan de Partición del territorio palestino con Unión Económica, dividiendo la región en dos Estados, uno judío y otro palestino, con un área que incluía Jerusalén y Belén, bajo control internacional.
El rechazo del gobierno británico a llevar a cabo este plan, junto a la aceptación judía y la negativa de los palestinos y países árabes a aceptarlo, hizo fracasar el plan y tuvo como consecuencia el inicio de la guerra civil israelí-palestina, que estalló el mismo día de la retirada británica el 15 de mayo de 1948 en que los judíos proclamaron el Estado de Israel, seguida de la guerra árabe-israelí y desde entonces, los conocidos enfrentamientos que se mantienen hasta la actualidad.
* periodista, analista internacional colaborador desde Mérida, Yucatán.