Imagen de archivo/RHC
Por Alfredo García Almeida*
Cuatro décadas después de la injerencia de EEUU en los asuntos internos de Nicaragua, violando con total impunidad la Carta de la ONU y la OEA, para derrocar “constitucionalmente” la revolución Sandinista, Washington utiliza método similar contra la revolución Bolivariana.
A mediados de 1981, el presidente, Ronald Reagan, impuso un bloqueo comercial contra Nicaragua e inició una campaña injerencista, con la formación de un Ejército de exsoldados somocistas, (contras), organizados, entrenados y financiados por la CIA. Después de 9 años de “guerra sucia”, Washington puso su presión sobre las elecciones generales, identificando la guerra con el gobierno sandinista y la paz con su candidata, Violeta Chamorro, quien comenzó a recibir fondos de la Fundación Nacional para la Democracia, NED.
En septiembre de 1989, Chamorro, fue nominada candidata presidencial por la Unión Nacional Opositora, UNO. El 25 de febrero de 1990, se realizaron las elecciones generales. Tal fue el veneno sicológico en la campaña de EEUU contra el líder sandinista, Daniel Ortega, que los combatientes sandinistas que bajaban de la montaña para emitir su voto, no lo hacían por el líder de la revolución, Daniel Ortega, sino por la candidata de Washington, quien resultó vencedora con el con el 54,74% de los votos sobre Ortega con un 40,82%. El resto es historia conocida.
En Venezuela, María Corina Machado, comenzó su carrera política, apoyando el fracasado golpe de Estado en abril de 2002, presidido por Pedro Carmona, expresidente de la conservadora patronal, Fedecámaras. Machado recibió donaciones de la Fundación Nacional para la Democracia, NED, entre los años 2003 y 2020. El entonces presidente, George W. Bush, recibió a Machado a solas por casi una hora el 31 de mayo de 2005 y desde entonces, fue obvia su defensa de la política de EEUU en Venezuela.
En medio de las recientes denuncias del presidente, Nicolás Maduro, sobre conspiraciones para atentar contra su vida y desestabilizar al Estado venezolano, señalando al servicio de Inteligencia de Estados Unidos, a grupos de narcotraficantes colombianos y a la opositora ultraderecha venezolana como los autores del plan, el Tribunal Supremo de Venezuela confirmó el pasado 28 de enero, la inhabilitación política de María Corina Machado, por un período de 15 años para ocupar un cargo público, por su complicidad con el autotitulado “presidente”, Juan Guaidó, que restringe su candidatura de la oposición para las presidenciales de este año.
“Ni un paso atrás. Voy a seguir adelante y no puede haber elecciones sin mí y sin los millones de venezolanos que votaron”, respondió Machado. Trascendió que EEUU amenazó, con restablecerá las sanciones al sector petrolero de Venezuela, si el Gobierno bolivariano, no levanta la prohibición sobre la candidata opositora. Tras la advertencia, Caracas rechazó el “intervencionismo neocolonialista que desde Washington, se intenta imponer contra un país independiente".
Habría que esperar el inicio de una etapa de presión y amenazas de Washington, con retórica menos violenta que en Nicaragua en 1990, pero con el mismo propósito de derrocar el gobierno bolivariano vía “constitucional”. Sin embargo en esta ocasión, el liderato bolivariano se encuentra alerta.
* periodista, analista internacional colaborador desde Mérida, Yucatán.