Donald Trump
Por Alfredo García Almeida*
A nueve meses de la contienda presidencial en EEUU, según las encuestas y artículos de opinión de expertos, aumentan las posibilidades de triunfo electoral del expresidente, Donald Trump, para un segundo mandato.
Un análisis de Peter D. Feaver, profesor de Ciencias Políticas y exasesor del Consejo de Seguridad Nacional durante la presidencia de Bill Clinton y George W. Bush, expone en la revista, Foreing Affairs, del pasado 19 de febrero, un profundo análisis de lo que sería una victoria electoral de Trump en noviembre de 2024, titulado “El Mundo necesitará nuevas formas de hacer frente a las mismas viejas tácticas”.
“Trump no ha cambiado mucho sus puntos de vista desde que dejó el cargo, pero su entorno, en casa y en el extranjero, sí lo ha hecho, y tal vez también lo haya hecho la comprensión de Trump sobre cómo ejercer el poder ejecutivo”, afirma el veterano experto. “La situación de Washington es considerablemente más peligrosa de lo que fue durante los años de su administración, con múltiples guerras en juego, intensificación de la rivalidad entre las grandes potencias y un orden liberal desgastado”, agrega Feaver.
Su vaticinio sobre la política exterior liderada por Trump, en un segundo mandato, es sorprendente: “Los estados que estarían preparados para prosperar bajo un segundo mandato de Trump, son rivales y adversarios de Estados Unidos como China y Rusia; los que probablemente sufrirían son los amigos tradicionales de Estados Unidos, como los países europeos, Japón y sus socios en el hemisferio occidental. Por supuesto, las políticas precisas de una futura administración Trump, son imposibles de predecir, sobre todo porque tendrían las características de un presidente emocional, indisciplinado y que se distrae fácilmente. Pero hay buenas razones para pensar que el Trump 2.0, sería el Trump 1.0 con esteroides. Su regreso daría como resultado unos Estados Unidos más unilaterales, más distantes y, a veces, más agresivos, menos comprometidos con la defensa de las estructuras geopolíticas y los valores liberales que ya están bajo una presión creciente”.
En apoyo a sus consideraciones, el experto argumenta: “Las opiniones generales que Trump tiene sobre el mundo hoy, son poco diferentes de las que eran durante su primer mandato. Según todos los indicios, todavía cree que la red de alianzas globales de Washington es un obstáculo, no una ventaja; que derribar los regímenes comerciales globales es el mejor camino hacia la seguridad y la prosperidad económicas; que Estados Unidos tiene más que ganar con coqueteos diplomáticos con dictadores, que con relaciones profundas con aliados democráticos de larga data; y que una política exterior unilateral e hipertransaccional, es la mejor manera de tratar tanto con enemigos como con amigos”.
Y continua Feaver: “Es casi seguro que una nueva administración Trump, degradará aún más la democracia y los derechos humanos como objetivos políticos. En su segundo mandato, adoptaría un enfoque más extremo sobre la migración” (…) “es decir, una frontera más militarizada y política más restrictiva para los refugiados, combinadas con una intensificación de guerra contra las drogas”. Y Feaver concluye, con alarmante predicción: “Lo que ha cambiado, es que será mucho menos probable que los miembros de una nueva administración Trump, controlen sus peores impulsos”.
