Foto: BBC.
Por Alfredo García Almeida*
El expresidente, Donald Trump, pasa a la historia con dos tristes primicias: Primer exmandatario en dos siglos en EEUU, en ser juzgado en un proceso penal; y primer virtual candidato presidencial, en dividir su tiempo como acusado en los 23 juicios que confronta y la campaña electoral por su regreso a la Casa Blanca.
El pasado lunes comenzó el proceso penal en New York, que puede terminar con el ex mandatario en la cárcel. Trump estará las próximas semanas en un juzgado de Manhattan, en un juicio por la presunta violación de la regulación de las campañas electorales y falsedad documental que podría sentenciarlo a 20 años de cárcel. En caso de ser declarado culpable, el expresidente sería el primer “delincuente” convicto en ser candidato.
La acusación: Ocultación de sus pagos a la actriz pornográfica, Stormy' Daniels, y a la modelo erótica de Playboy, Karen McDougal, a cambio de que mantuvieran en secreto las relaciones sexuales con él durante la campaña electoral de 2016. Según la Fiscalía, Trump violó la legislación electoral estadounidense, con la presunta falsificación de documentos para ocultar los pagos.
La estrategia del ex presidente, ha sido ir retrasando los juicios. La jueza, Eileen Thomas, nombrada por Trump, está tratando de retrasar el juicio de los secretos de Estado que extrajo de la Casa Blanca cuando perdió las elecciones en 2020, con su supuesta inmunidad legal, para que no afecte sus aspiraciones presidenciales. El ex presidente también ha contado con la ayuda del Tribunal Supremo que está dilatando el caso, lo que retrasa el juicio en Washington por su intento de robar las elecciones.
La sesión judicial del pasado lunes, se centró en la selección de los miembros del jurado, que determinará si Trump es inocente o culpable. Las preguntas que abogados y fiscales hicieron a más de 500 personas preseleccionadas para ser parte del jurado, fueron significativas: Si han formado parte de grupos violentos de ultraderecha o si creen en la teoría conspirativa QAnon, que sostiene que Trump lucha en solitario, “contra una red de pederastas caníbales que controlan el mundo”. Fiscales y abogados también están interrogando a los potenciales miembros del jurado, sobre si pertenecen o han tenido vínculos con los llamados, Antifa, (antifascistas), una denominación sobre grupos de extrema izquierda. Más de la mitad fueron excusados, después de decir que no podían ser justos. Trascendió que sólo quedaron 34 posibles jurados y que 12 serán elegidos para actuar en el juicio.
Trump, con la arrogancia de siempre, ha criticado el proceso judicial. A su entrada a los juzgados, se ha dirigido a la prensa y ha declarado que el proceso es “un asalto a nuestro país” y “un ataque a un oponente político”. El ex presidente ha declarado que si gana las elecciones en noviembre, se “vengará” de sus enemigos (Biden) y usará a su Fiscal General, para “que investigue a ese hijo de puta”.
La vista del juicio en Manhattan, durará de 6 a 8 semanas y el ex presidente deberá estar en la sala todos los días, con la excepción del miércoles.
Eso deja a Trump, 3 días a la semana para hacer campaña electoral: miércoles, sábado y domingo. Si se produjera una sentencia condenatoria, Trump iría al Tribual Supremo, con lo que no ingresaría en prisión hasta después de las elecciones. Al ser un juicio en un Estado, no es competencia del Gobierno federal, por lo que Trump no podría perdonarse a sí mismo, en el caso de que alcanzara la presidencia.
* periodista, analista internacional colaborador desde Mérida, Yucatán.
