La Guardia Nacional abrió fuego contra los estudiantes en la Universidad de Kent, en 1970.
Por Alfredo García Almeida*
El fantasma de la masacre en la Universidad de Kent, recorre los campus universitarios de la nación norteamericana. El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano, Michael Johnson, declaró el pasado 30 de abril en rueda de prensa: “Columbia está fuera de control, por eso reclamamos que venga la policía y se ocupe del asunto. Y si la policía no es capaz (de controlar la situación) entonces necesitamos a la Guardia Nacional”.
La propuesta de Johnson hizo recordar la masacre estudiantil del 4 de mayo de 1970, en la Universidad estatal Kent, de Ohio, durante el gobierno del republicano, Richard Nixon, cuando soldados de la Guardia Nacional dispararon a manifestantes que protestaban contra la guerra en Vietnam, matando a cuatro e hiriendo a nueve alumnos. Los trágicos sucesos recibieron enérgicas respuestas por toda la nación: cientos de universidades, colegios e institutos, promovieron una huelga estudiantil cerrando los centros educativos.
En esta ocasión, frente al crecimiento de las protestas pro-palestinas en los campus universitarios, el presidente, Joe Biden, buscó contener el impacto político de unas movilizaciones que le pueden costar su reelección en noviembre.
“Todos hemos visto las imágenes”, dijo Biden, en una comparecencia televisada el pasado jueves sobre las operaciones policiales, como los de la Universidad de Columbia, en Nueva York, o la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA). “Ponen a prueba dos principios fundamentales estadounidenses: el derecho a la libertad de expresión, de asamblea pacífica y de que las voces sean escuchadas; y el imperio de la ley. Ambos deben ser respetados”, afirmó, Biden, que hasta ese momento se había mantenido al margen de unas protestas que amenazan con reducir el apoyo del electorado joven, en un momento en el que va por detrás de Trump en las encuestas.
“Seré claro”, dijo Biden en su discurso, forzado a romper el silencio ante unas movilizaciones de fuerte impacto en la opinión pública: “Las protestas violentas no están protegidas en EEUU. Las protestas pacíficas, sí. El vandalismo, la ocupación de espacios, romper ventanas, cerrar los campus, forzar la cancelación de las clases y de las graduaciones está contra la ley. Nada de esto son protestas pacíficas, lo mismo que amenazar, intimidar o meter miedo a personas. Disentir es esencial para la democracia, pero la disensión nunca debe llevar al desorden. Hay derecho a protestar, pero no derecho a crear caos”, resumió Biden con “sabiduría” salomónica.
El mandatario no respondió a preguntas de los periodistas. Solo cortó con un seco “No”, cuando le gritaron si las protestas le van a hacer cambiar sus políticas hacia la guerra de Gaza. También respondió “No”, cuando le preguntaron si apoyaba el envío de la Guardia Nacional a los campus, como han exigido algunos líderes republicanos.
Ya se han producido cerca de 2.000 arrestos de manifestantes en campus universitarios de todo el país. En la madrugada del pasado jueves, se concentraron centenares de personas que habían participado en una marcha del 1 de mayo, “Unión entre trabajadores y estudiantes por Palestina”, donde se mezclaron las banderas rojas de la hoz y el martillo o el legendario rostro del Che Guevara, con la bandera palestina.
* periodista, analista internacional colaborador desde Mérida, Yucatán.