Lai Ching-te, presidente electo de Taiwán. (Foto:Caribbean News Global)
Por Alfredo García Almeida*
“En su discurso de toma de posesión el 20 de mayo, Lai Ching-te (presidente de Taiwán), mantuvo en alto la bandera de “democracia, paz y prosperidad”, encubriendo el complot de “independencia de Taiwán”, detrás de ella. Trató de enfatizar los “logros democráticos” y el “estatus internacional” de Taiwán, para vaciar el consenso internacional de que “Taiwán es una parte inalienable del territorio de China”, afirmó, Bei Pingfeng, comentarista de asuntos internacionales, en un artículo del Global Times, el pasado 22 de mayo.
“El vil comportamiento de Lai es una flagrante provocación y destrucción del principio de una sola China y de la paz y estabilidad del Estrecho de Taiwán. Si sus planes tienen éxito, provocaría la alteración más peligrosa del status quo en el Estrecho de Taiwán y el daño más grave a su paz, lo que no haría más que exacerbar la tensión y la agitación en la región y traer un sufrimiento inmenso a los residentes de Taiwán. El líder regional de Taiwán, Lai Ching-te, lleva dos “etiquetas” destacadas: un completo “trabajador por la independencia de Taiwán” y un completo “perturbador de la paz”. Estas etiquetas fueron reafirmadas una vez más en su llamado discurso inaugural del 20 de mayo”, asegura el editorial del oficialista, Global Times, de la misma fecha.
Lai Ching-te, es un médico y político, actual presidente de Taiwán, desde el 20 de mayo de 2024, ha provocado con su discurso de toma de posesión de la presidencia, una tormenta sobre Taiwán. Lai se incorporó a la política, como candidato en la elección legislativa de 1998, representando al Partido Progresista Democrático, PPD, ganando la elección y siendo reelegido. Fue exvicepresidente 2020-2024, y primer ministro, 2017- 2019. El flamante presidente, alcanzó notoriedad, estando a favor de la independencia de Taiwán y en contra de la reunificación con China.
La gran paradoja política de Taiwán, es que siendo el Kuomintang el histórico enemigo de la revolución socialista china, actualmente aboga por la eventual unificación con el continente, mientras que el PPD, fundado en 1986 en principios liberales, favorece la independencia de Taiwán en alianza con el sector bipartidista proimperialista norteamericano.
La ascensión al gobierno de Taiwán de Lai Ching-te, ha sido la culminación de la crisis que comenzó con la visita de la ex presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, a Taiwán en 2022, vista por China como una provocación de EEUU que causó contramedidas militares y diplomáticas desde la China continental.
Posteriormente las tensiones entre Washington y Pekín, aumentaron con la venta de armamentos norteamericanos de última generación a la isla rebelde.
“En respuesta a las desenfrenadas provocaciones de Lai sobre la “independencia de Taiwán” en su discurso de toma de posesión, las contramedidas del continente serán sin duda más severas”, asegura el Times. Y concluye la oficialista web: “Las fuertes contramedidas que el continente está a punto de tomar, no son sólo una advertencia y un castigo para las fuerzas de independencia de Taiwán, sino también una declaración clara a la comunidad internacional: manipular la cuestión de Taiwán, intentar utilizar a Taiwán para contener a China, tocar los nervios más sensibles de China y violar sus intereses fundamentales, inevitablemente sufrirá un golpe frontal”.
* periodista, analista internacional colaborador desde Mérida, Yucatán.