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Por Alfredo García Almeida*
El primer debate presidencial entre los virtuales candidatos demócrata y republicano, el presidente, Joe Biden, que busca la reelección y el expresidente, Donald Trump, que intenta su regreso a la Casa Blanca, respectivamente, tendrá lugar el jueves 27 de junio y será organizado por los estudios de CNN, en Atlanta. El debate comenzará a las 9:00 pm y durará 90 minutos. Un segundo debate, organizado por ABC News, está programado para el 10 de septiembre.
Expertos pronostican que en esta histórica “cara a cara”, el más trascendental en décadas, se centrará en la “salud” de Biden y la “sentencia” de Trump, como temas que puede decidir las elecciones de noviembre. Sin embargo en esta ocasión, la campaña de las presidenciales se mide en datos contables: los de la recaudación de fondos y los porcentajes de intención de voto de los candidatos.
Esta semana, Biden, ha adelantado a su rival en los sondeos, según la media nacional de encuestas de FiveThirtyEight, ganando 1,8 puntos desde el 30 de mayo, cuando se conoció el veredicto de culpabilidad de Trump. Pero, a la vez, el expresidente ha superado a Biden en recaudación, al recibir una donación de 50 millones de dólares del magnate multimillonario, Timothy Mellon. En total, la campaña republicana cuenta hoy con 170 millones de dólares, frente a los 212 millones de los demócratas. Una mayor recaudación de fondos, significa más poder e influencia en los Estados “bisagra”, aquellos en los que realmente se decide la batalla para el próximo presidente de EEUU.
El apoyo de las grandes fortunas de Wall Street, es otro factor que favorece a Trump. Muchos elementos del recorte de impuestos que Trump firmó en 2017, expiran en 2025 y Biden ha propuesto mayor presión fiscal sobre las rentas más altas y las corporaciones. Los millonarios temen los planes fiscales de Biden, están inquietos por las políticas intervencionistas y antimonopolio de su administración y cuestionan su agudeza mental.
El prestigioso economista y columnista del periódico, The New York Times, Paul Krugman, asegura: “Los precios de las acciones son probablemente un indicador mucho mejor de cómo les va a los muy ricos, que poseen muchos activos financieros. Y aunque en 2020, Trump predijo una caída de las acciones si ganaba Biden, el mercado, de hecho, ha alcanzado niveles récord bajo la administración actual. Entonces ¿por qué los millonarios apoyan a Trump? Una respuesta sencilla, es que es casi seguro que los ricos pagarán impuestos más bajos (y las corporaciones estarán menos reguladas) si Trump gana, que si Biden permanece en el cargo”.
Acostumbrado a los comerciales para decidir sobre su consumo, el norteamericano medio elige según la imagen televisiva del producto. En el debate presidencial, la imagen tiene más peso que el discurso. El 26 de septiembre de 1960, al final del debate presidencial entre el demócrata, John F. Kennedy y el republicano, Richard Nixon, el productor, Don Hewitt, declaró: “Cuando todo acabó, un hombre salió del estudio como presidente de Estados Unidos. No tuvo que esperar hasta el día elecciones: un bronceado y telegénico, Kennedy, se había impuesto a un pálido y descuidado, Nixon”.