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Por Alfredo García Almeida*
A diferencia de su campaña electoral del 2006, el virtual candidato republicano a la presidencia, Donald Trump, decidió competir las elecciones de noviembre con un programa de gobierno. El Comité Nacional Republicano (CNR), máximo órgano del Partido Republicano, aprobó el pasado 8 de julio, por 84 votos contra 18, en una votación a puerta cerrada, un borrador de programa electoral “Estados Unidos primero: De vuelta al sentido común”, que asume la postura de Trump, según fuentes citadas por la cadena de televisión CNN. Solo faltaría que fuera refrendado la próxima semana en la Convención Nacional Republicana que se celebrará en Milwaukee, entre el 15 al 18 de julio, para ser aplicado en caso de que Trump gane las elecciones.
Dedicada a los “hombres y mujeres olvidados de América”, el documento suena como eco de cualquier discurso de Trump. Los dos primeros puestos de la lista son: “sellar la frontera y detener la invasión de migrantes” y “llevar a cabo la mayor operación de deportación de la historia de Estados Unidos”. El punto décimo del programa, equipara la llegada de extranjeros con la delincuencia y el crimen organizado: “Detener la epidemia de delincuencia migrante, acabar con los cárteles extranjeros de la droga, aplastar la violencia de las bandas y encerrar a los delincuentes violentos”.
El documento renuncia a la prohibición del aborto a nivel federal, uno de los puntos que más votos podrían restarle. “Los estados son libres de legislar, para proteger los derechos a la vida y a la libertad”, señala el programa de gobierno, alineándose con la posición de Trump. También respalda el compromiso de no recortar gastos en seguridad social y atención sanitaria. Sin embargo, promete, “rebajar el déficit, poner fin a la inflación y hacer Estados Unidos asequible otra vez”, aunque no dice cómo.
El proteccionismo que el expresidente pretende imponer si es reelegido en noviembre, con nuevos aranceles sobre la mayoría de las importaciones, se manifiesta en consignas como “hacer de Estados Unidos el productor de energía dominante en el mundo y convertir a Estados Unidos en una superpotencia manufacturera”.
Trascendió que el programa de gobierno republicano, se nutre del Proyecto 2005, una colección de propuestas políticas ultraderechistas de la Heritage Foundation, para remodelar el gobierno de EEUU y consolidar el poder ejecutivo. El Proyecto afirma que todo el poder ejecutivo, está bajo el control directo del presidente, según el Artículo II de la Constitución de EEUU. Propone reclasificar a decenas de miles de trabajadores de la administración pública federal como designados políticos, para reemplazarlos con funcionarios leales más dispuestos a permitir las políticas del próximo presidente republicano. Al hacerlo, sus defensores argumentan que el cambio desmantelaría lo que considera una burocracia gubernamental vasta, irresponsable y mayoritariamente liberal.
Los críticos han caracterizado el Proyecto, como un plan nacionalista cristiano y autoritario, para llevar a Estados Unidos hacia la autocracia. Algunos especialistas, han argumentado que el Proyecto 2025, es la mirada más detallada de cómo sería una administración Trump. Sin embargo muchos expertos legales, opinan que socavaría el estado de derecho, la separación de poderes, la separación de la Iglesia y el Estado, y las libertades civiles.
* periodista, analista internacional colaborador desde Mérida, Yucatán.
