Kamala Harris clausura de la Convención Nacional Demócrata. Imagen: El País
por Elizabeth Naranjouvo
Quizá la noche de este jueves fue la más importante en la carrera política y de candidatura presidencial para Kamala Harris, al ofrecer su discurso de cierre de la Convención Nacional Demócrata como nominada oficial del Partido de los Burros, en Estados Unidos.
Harris, quien podría, el próximo 5 de noviembre, convertirse en la primera mujer presidenta de EE. UU., cambió los aires de la pelea contra el expresidente Donald Trump por el puesto en la Casa Blanca, luego de la retirada de Joe Biden de un posible segundo mandato.
La Convención, en tanto, respaldaría oficialmente la nominación de Harris, en representación del 13 % de los estadounidenses que se identifican como multirraciales –según la Oficina del Censo de Estados Unidos–, datos que, junto a su origen jamaiquino e indio, utiliza para la obtención de más votos a partir de estos sectores tan vulnerables, como el de los migrantes, en la sociedad de ese país.
Líneas como el derecho al aborto, entre otros temas de preocupación, como el costo de vida de los estadounidenses, son las defendidas por la también Vicepresidenta actual, y que los demócratas recalcaron que significaban «libertad» y «alegría».
No obstante, no se puede obviar la posición demócrata de respaldo al Israel que masacra palestinos.
Aunque durante los días de la Convención eludieron bastante este tema, se refugiaron en la historia de una pareja de padres que sufren por su hijo israelí –apresado por el grupo Hamas–, pero al mismo tiempo le prohibieron la entrada a un orador palestino que sobrelleva más que un hijo. Nadie en aquella sala parecía sufrir por el pueblo sometido al exterminio, defendido en las calles próximas a la Convención por centenares de manifestantes.
Entonces, ¿qué alegría y libertad defienden sino la que, exclusivamente, quieren para ellos?
En fin, muchos de los puntos de su programa quedan en el aire y a la espera de que tomen forma a medida que los comicios se acerquen; aunque la certeza es una sola: quien gane será el rostro investido de toda la prepotencia de un imperio con ansias de poder.(Tomado de Granma)