Primera Declaración de La Habana. (Foto: Raul Corrales)

Por Pedro Martinez Pirez

El 2 de septiembre de 1960 en La Habana fue un dia memorable. Ese viernes en la Plaza de la Revolucion José Martí de la capital cubana más de un millón de personas aprobaron junto al Comandante Fidel Castro, la Primera Declaración de La Habana.

Documento de la Revolucion Cubana que marco un momento histórico en el proceso de consolidación de una revolución que marcó para siempre el destino de Nuestra América.

Ese viernes estaba yo en Quito y era funcionario de la Embajada Cubana en Ecuador, dirigida por el jurista Mariano Rodríguez Solveira, quien había sido Rector de la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas y mi profesor de Derecho Civil en el curso nocturno, porque yo trabajaba entonces en la Sección de lo Civil de la Audiencia de Santa Clara, mi ciudad natal.

Había cumplido 23 años de edad el 22 de febrero de ese año, y atendía a la delegación cubana que había asistido a la toma de posesión días antes del presidente de Ecuador, José María Velasco Ibarra.

La delegación cubana estuvo integrada por el Ministro de Economía Regino Boti, quien la presidía, y por el alcalde de La Habana, José Llanusa, y el Jefe de la Marina de Guerra Revolucionaria, Juan M. Castiñeiras.

Estos dos últimos todavía permanecían en Quito y nos acompañaron ese viernes a un acontecimiento único por su significado histórico. Fue el bautizo en nuestra Misión Diplomática, situada entonces en la Avenida 6 de Diciembre, a pocas cuadras de la calle Colón que subía hasta el recién inaugurado Hotel Quito, de un niño ecuatoriano cuyos padres, de origen muy humilde. habían escrito al Comandante Fidel Castro pidiéndole que fuera su padrino.

Los padres del niño y un sacerdote católico llevaron al niño Fidel Nieves Navarro a la sede de nuestra Embajada, donde aguardábamos el embajador Rodríguez Solveira y quien escribe estos recuerdos, junto a numerosos amigos de Cuba, entre ellos el célebre pintor Oswaldo Guayasamín y el gran escritor y presidente de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Benjamín Carrión.

También estuvieron entre los invitados y testigos José Llanusa y Juan M. Castiñeiras, así como los empleados ecuatorianos de la misión diplomática cubana.

Sé que Celia Sánchez Manduley, eficiente colaboradora de Fidel, había tenido mucho que ver con el bautismo en nuestra Embajada, porque días después llegó a través de nuestra Cancillería un jarrito de plata con la firma de Fidel, que luego del retorno a Cuba del Embajador Rodríguez Solveira, entregamos en acto público a la madre del ahijado ecuatoriano del Comandante en Jefe.

Después supimos que Doña María Enriqueta Navarro, nacida en la provincia de Otabalo, madre de siete hijos, y ama de casa, falleció a los 97 años de edad, A ella le entregamos el jarrito con la firma de Fidel enviado a nosotros por la compañera Celia Sánchez. Ella fue en abril de 1961 quien convenció a Fidel para que posara para el pintor –Guayasamin, el sábado 6 de mayo siguiente, en la sede del Instituto Cubano de Amistad con Los Pueblos, dirigido entonces por Giraldo Mazola,

Recuerdo a Doña María Enriqueta y a su hija Norma, en muchas actividades de solidaridad con Cuba, una de ellas, a la cual asistió también el ahijado de Fidel, en la sede de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, reclamando el retorno a Cuba del niño Elián González, secuestrado en la ciudad de Miami.

En viajes posteriores a Quito he buscado inútilmente la Residencia donde estuvo nuestra Embajada en la Avenida 6 de diciembre.Y la he visitado al otro lado de la ciudad, en las faldas del Pichincha, donde en una ocasión entrevisté a la heroína Vilma Espín, Ecuador no es ya un recuerdo grato para mí. A partir de la traición de L. Moreno todo cambió en la Patria de Eloy Alfaro y de Oswaldo Guayasamín. Por suerte se mantiene el Monumento a Jose Martí en la Mitad del Mundo. Nuestro Apóstol, quien conoció a Eloy Alfaro en la ciudad de Nueva York y dijo del patriota ecuatoriano que hay pocos hombres de creación como el Viejo Luchador en Nuestra América..

Pero siempre que estamos en vísperas del 2 de septiembre recuerdo el bautizo del ahijado ecuatoriano del Líder Histórico de la Revolucion Cubana, quien estuvo en cuatro ocasiones en la tierra de Alfaro y de Carlos Bastidas Arguello, el último periodista asesinado en Cuba.

La Habana, 2 de septiembre de 2024