Andrea Cote Botero
Por: Miladys Borges
Lo mismo puede viajar al pequeño islote San Simón, en la Ría de Vigo, Galicia , para un encuentro de literatura y traducción relacionado con lenguas y territorios minorizados, que visitar el Instituto Cervantes Albuquerque para presentar su último libro o estar en un aula como profesora de la Universidad de Texas, en El Paso ; así de movida es la vida de la colombiana Andrea Cote Botero, ganadora del XXIV Premio Casa de las Américas de poesía Iberoamericana. .
El poema es un lugar excepcional y a menudo nos lleva a otros lugares excepcionales, ha manifestado en ese ir y venir por el mundo literario.
Su libro Querida Beth revela una poesía precisa y emotiva, llena de hallazgos estilísticos constantes, en un tono marcadamente actual, expresa el acta del jurado que le otorgó el prestigioso lauro desde La Habana .
Se trata de una obra que gira en torno a la emigración, poemas -precisa ella- que cuentan la historia de una mujer colombiana cuya vida como migrante en Estados Unidos implicó la pérdida progresiva de su nombre y su legado.
Para aliviar esos vacíos puede estar la poesía, aseguró Cote en cierta entrevista de prensa, al señalar que hoy la poesía llega para restituir en parte la memoria, ofreciendo el consuelo que solo el lenguaje puede dar frente a las heridas de la realidad.
Soy una escritora en la diáspora, ha subrayado, recordando la doble emigración que ella misma ha experimentado, primero, dentro de su país en la década de los 90 , cuando se fue a vivir junto con su familia a Bogotá por causa de la violencia generada por conflictos territoriales en la región del Magdalena Medio. Luego, cuando viajó a los Estados Unidos, al ganar una beca de escritura.
"Siempre he anhelado y sembrado mi escritura poética en esa relación con el territorio perdido, una relación que todo colombiano tiene dentro y fuera del país" .
En su peregrinar por los entresijos de la poesía, Andrea Cote ha concluido que la misma no puede definirse a ciencia cierta, ya que siempre está cambiando. No obstante, percibe que es una forma de decir las cosas que no se pueden decir de otra manera.
Para los que piensan que a la poesía resulta difícil o le falta popularidad , la reconocida colombiana tiene también una definición muy propia: "la poesía es un poco como el amor y la religión, para poder disfrutarla habría que entregarse a no querer entenderla completamente". Así, desde esa perspectiva razonable , Andrea Cote calibra cada día sus versos.