Imagen tomada de Youtube
Por Alfredo García Almeida*
48 horas después de autorizar Washington a Ucrania el uso de los misiles, ATACMS, para atacar objetivos en territorio ruso, el arsenal de Karachev en el oblast ruso de Briansk, recibió la primera andanada de misiles de crucero estadounidenses procedentes de Ucrania.
Trascendió que el Pentágono identifica los objetivos rusos mediante satélites, mientras que el personal estadounidense en el terreno recopila las coordenadas y las transmite a Kiev, que luego ingresan los datos y ejecutan el lanzamiento de la misma forma que los británicos colaboran con tropas ucranianas para lanzar misiles de crucero, Storm Shadow.
El secretario de prensa ruso, Dimitri Peskov, declaró “irresponsable” la posición del presidente, Joe Biden, que permitió a Ucrania atacar territorio ruso con misiles de largo alcance. “Si se utilizan misiles de largo alcance desde Ucrania hacia territorio ruso, significa que son operados por expertos militares estadounidenses. Consideraremos esto como una nueva fase de la guerra occidental contra Rusia y responderemos en consecuencia”, declaró, Serguéi Lavrov, a la prensa en Río de Janeiro.
Por su parte, el presidente ruso, Vladimir Putin, confirmó el lanzamiento contra Dnipro, la cuarta ciudad más poblada y centro administrativo de la región de Dniepropetrovsk, situada en la parte central de Ucrania junto al río Dniéper, de un misil balístico hipersónico sin carga nuclear y lo ha presentado como la respuesta “simétrica” a la ofensiva que Kiev inició con proyectiles de largo alcance suministrados por EEUU, contra objetivos en territorio ruso.
Medios ucranianos identificaron el misil balístico intercontinental ruso disparado, como un RS-26 Rubezh. Según la Asociación de Control de Armamento, el RS-26, tiene un alcance de 5.800 kilómetros. En un mensaje televisado, Putin declaró: “Tenemos derecho a utilizar armas, contra instalaciones militares de países que permitan que sus armas, sean utilizadas contra Rusia”.
El presidente ruso, firmó el pasado martes una doctrina nuclear revisada que declara que un ataque convencional contra Rusia, por una potencia no nuclear con la “participación o apoyo de una potencia nuclear”, se interpretará como un “ataque conjunto a la Federación Rusa”. Putin ha advertido en el pasado a EEUU y otros aliados de la OTAN, que permitir que Ucrania use armas de largo alcance suministradas por Occidente para atacar territorio ruso, supondrían que “Rusia y la OTAN están en guerra”.
¿Puede provocar el uso de estos misiles una guerra nuclear? Según afirman expertos en armas nucleares, la escalada atómica tiene sus propias pautas y debería incluir, mucho antes que cualquier lanzamiento de ataque en Ucrania, movimientos en los propios arsenales, lo que ya supone saltarse varios tratados internacionales e incluso una prueba atómica en algún lugar deshabitado. Sin embargo, el uso de misiles intercontinentales aunque sin cargas nucleares por ambas partes, puede interpretarse como la amenaza de una escalada nuclear.
En medio de la creciente tensión internacional, el presidente electo de EEUU, Donald Trump, ha sido destacado en los medios por sus promesas para terminar con las guerras de Ucrania y Gaza. Trump puede hablar de paz, pero heredará dos guerras muy cerca del “no retorno”.
* periodista, analista internacional colaborador desde Mérida, Yucatán.