por Fidel Rendón Matienzo
La reciente aseveración de Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, de que los tiempos están duros pero son superables y estamos haciendo cosas para superarlos, sobre todo con la participación de la población, viene muy bien con el venidero Cuarto Período Ordinario de sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en su X Legislatura.
Aunque como señala la convocatoria oficial, las sesiones comenzarán el 18 de diciembre en el habitual recinto del Palacio de Convenciones de La Habana, desde los debates en comisiones, el 16 y 17, los diputados estarán analizando los principales problemas que afectan la calidad de vida del pueblo y el desarrollo económico y social del país.
Incluso, tal cual se acordó en julio en el Tercer Período Ordinario del Parlamento, el organismo que se someterá ahora a la más alta fiscalización es el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos y el Gobierno del Poder Popular que rendirá cuentas será el de Artemisa.
Precisamente este territorio, junto con el de Mayabeque y La Habana, han estado en las últimas semanas inmersos en su recuperación, tras los cuantiosos daños que les ocasionó el huracán Rafael, como también ha sucedido con Guantánamo a raíz del azote de Oscar a cuatro de sus municipios, y a algunos de Granma y Santiago de Cuba con los sismos de gran intensidad.
Durante casi todo el año la crisis energética que ha enfrentado el país por la falta de combustible y de divisas, con las consiguientes afectaciones del servicio eléctrico, ha impactado en la producción y los servicios en casi todas las ramas y provincias, por lo cual se evidencian incumplimientos en algunos planes.
La heroicidad de no pocos colectivos laborales y productores individuales por crecerse ante las dificultades cotidianas, gran parte de ellas a consecuencia del recrudecido bloqueo estadounidense, y la ayuda solidaria llegada a Cuba a raíz del azote de los eventos naturales, han sido antídotos para superar muchos y costosos escollos.
Difícilmente la economía cubana logre crecer este año, debido fundamentalmente a los enormes daños ocasionados por los huracanes Oscar y Rafael, los sismos de gran intensidad en el oriente del país y por las interrupciones eléctricas.
Las consecuencias son reales, pues para muchos cubanos el Producto Interno Bruto pasa primero porque se garantice la canasta familiar normada y cuantos alimentos sean posibles, mejore la calidad de servicios vitales como el transporte público y la asistencia médica, los medicamentos dejen de estar en falta, se ponga fin a los precios abusivos y que ante la inflación el poder adquisitivo de trabajadores y jubilados pueda satisfacer las más elementales necesidades.
Sin dudas ha sido un año bien duro, en el cual esas y otras tantas carencias tienen sus causas fundamentales en el impacto del bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra Cuba, en la inclusión de nuestro país en la arbitraria lista de naciones promotoras del terrorismo, los conflictos internacionales y el alza de los precios en numerosos bienes y servicios a escala mundial.
También siguen obstaculizando la solución de múltiples asuntos las deficiencias internas, ésas que tienen que ver, por ejemplo, con cuantas distorsiones urge corregir tanto en el sector empresarial como en el no estatal, y en casi todas las ramas y actividades de la vida de la nación.
De manera que además de analizar crítica y autocríticamente, y con la propuesta de soluciones sobre la mesa, los principales problemas que aquejan a la población y al país, los diputados valorarán el comportamiento de la economía cubana y la ejecución del presupuesto del Estado en 2024, y aprobarán las proyecciones para el próximo año.
Tal cual afirmó recientemente el Presidente cubano en el municipio cienfueguero de Santa Isabel de Las Lajas, la mayor de Las Antillas se ha venido preparando para enfrentar, como lleva haciéndolo desde el triunfo de la Revolución, una nueva administración estadounidense, con una anunciada política hostil hacia Cuba.
Nuestro país no acepta injerencias de ningún tipo, no renuncia a su modelo de construcción socialista que tenemos que perfeccionar, y en medio de las circunstancias más difíciles va a seguir trabajando, sentenció Díaz-Canel, y ese espíritu de superar los duros tiempos de hoy sin dudas caracterizará al Cuarto Período Ordinario de sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en su X Legislatura. (Tomado de ACN)