El enigma sirio

Editado por María Candela
2024-12-17 08:19:04

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Imagen: Diario de La Mancha

Por: Alfredo García Almeida*

Después medio siglo en el que el Gobierno de Bashar Al-Assad, con el apoyo de Rusia, sorteó todo tipo de agresiones encubiertas y directas por parte de EEUU, Francia y Reino Unido, tras 13 años de guerra civil, una supuesta “ofensiva relámpago”, de las fuerzas opositoras armadas lideradas por el grupo “terrorista”, Hayat Tahrir al Shams (HTS) y sus facciones aliadas, cambió la correlación de fuerzas del país de la noche a la mañana y derrocó al “hombre de hierro sirio”.

Buen argumento para una película de Steven Spielberg, pero nada que ver con la realidad, después de 5 años de una guerra de baja intensidad de las potencias occidentales contra Rusia e Irán, teniendo como escenario bélico el territorio sirio con un costo de miles de vidas humanas y la destrucción de gran parte de su patrimonio histórico y cultural.

La guerra que comenzó en marzo de 2011, con la “primavera árabe”, un levantamiento promovido por los servicios de Inteligencia de Washington, Paris y Londres, en el Medio Oriente, se convirtió en un largo y sangriento conflicto en Siria, donde participaron grupos de “oposición”, facciones extremistas y potencias internacionales.

“Siria es importante para Medio Oriente, pero también es importante para el mundo porque en los últimos 10 años, el país se ha convertido en una zona de competición entre distintos poderes geopolíticos”, declaró a BBC Mundo, Ali Bilgic, profesor de relaciones internacionales y política de Medio Oriente de la Universidad de Loughborough, en Inglaterra.

Trascendió que Qatar, quien durante mucho tiempo apoyó a HTS, parece estar liderando el esfuerzo de las naciones árabes para crear un gobierno de transición en Siria. Otro de los grupos con interés en la formación de un nuevo gobierno en Siria, son las Fuerzas Democráticas Sirias, FDS, principalmente formadas por kurdos y apoyadas por Estados Unidos y la Unión Europea.

Las fuerzas kurdas han consolidado su control en varios poblados y ciudades en el noreste petrolero del país, formando una región autónoma en la zona. Pero su principal lucha es contra  Turquía, que los considera “una amenaza para su seguridad nacional”, debido a sus conexiones con el movimiento separatista turco PKK.  Los kurdos están decididos a mantener sus territorios y esperan alguna participación en cualquier nuevo gobierno sirio.

Desde la caída de Al Assad, aviones de combate israelíes realizaron docenas de ataques en toda Siria contra objetivos militares. Además, el gobierno israelí se apoderó del  control de los Altos del Golán, anexado desde 1981. Se calcula que hay más de 30 asentamientos judíos en esa zona, en los que viven unas 20.000 personas. El pasado domingo, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, reiteró que su país “enviará una mano de paz” a los sirios que querían vivir en paz con Israel.

Para Washington, la caída del régimen de Assad coincide con sus intereses, después de haber buscado reemplazar al gobierno sirio con medios directos e indirectos de fuerza desde 2011. Respecto a Trump, no se conoce si se trata de su primera gestión para “poner fin a las guerras”, como prometió durante su campaña electoral.

*periodista, analista internacional colaborador desde Mérida, Yucatán.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



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