Por: Yílian González Salgado
La profecía del Comandante en jefe Fidel Castro Ruz se cumplió el 17 de diciembre de 2014, cuando como resultado de un acuerdo humanitario entre los entonces presidentes de Cuba, Raúl Castro Ruz, y de Estados Unidos, Barack Obama, retornaron a la Patria tres de los cinco héroes, quienes cumplían injustas condenas en territorio norteamericano, donde tras un manipulado proceso judicial fueron condenados por alertar de las acciones terroristas contra la nación caribeña, que se orquestaban desde la Florida. Ese día volvieron Gerardo Hernández, que había sido condenado a la desmedida pena de dos cadenas perpetuas más 15 años de privación de libertad; además de Ramón Labañino, y Antonio Guerrero, a cada uno de los cuales impusieron una cadena perpetua. Unos meses antes ya habían regresado René González y Fernando González, quienes debían cumplir 15 y 19 años de privación de libertad, respectivamente, en una decisión arbitraria e ilegal a la luz del derecho internacional.
Hace diez años, con el retorno de nuestros cinco héroes, terminaba en victoria la lucha de todo un pueblo por quienes luchaban por todo el pueblo, castigados por el único crimen, como refirieron en sus alegatos, de ser dignos y no tener más que una vida para entregar por su Patria. De esa manera los nombres de quienes se expusieron a riesgos, sacrificios, rechazos, aislamiento y crueldad, se inscribieron en la historia de Cuba con el sello moral de quienes no claudicaron y vencieron, porque como diría Antonio Guerrero en sus “Poemas Confidenciales” contra el amor del bueno no hay quien pueda.
Estos hombres representan la síntesis de la incondicionalidad, la resistencia y la fidelidad. Hace diez años, el júbilo de los abrazos, las risas y las lágrimas de los 5 traspasaba las pantallas para imprimirle familiaridad a los corazones de quienes disfrutábamos el reencuentro. Porque desde que se supo del encarcelamiento ellos fueron eso, familiares de cada uno de los cubanos que asumimos la lucha por su regreso durante más de 13 años, como parte de nuestra idiosincrasia, en una causa considerada en ese momento un fenómeno sui generis, pues muy pocas inspiraban tan activa muestra de solidaridad.
Algunas verdades es necesario desentrañar a propósito de este aniversario. Los 5 son patriotas cubanos de integral instrucción profesional e intelectual. No eran espías hurgando en los secretos de la seguridad de Estados Unidos, sino luchadores infiltrados en organizaciones, grupos y el medio ambiente terrorista en Miami, a fin de frustrar acciones financiadas y ejecutadas desde Estados Unidos, que también afectaban a otros países.
Aproximadamente 170 pruebas de las actividades extremistas, entre grabaciones, fotos, filmaciones y archivos diversos se pusieron en conocimiento del gobierno norteamericano, que falsamente mostró interés en conocer y no actuó en consecuencia.
En plena cárcel, los 5, aún atormentados por la arbitrariedad judicial, la angustia de la separación y el encierro, jamás fueron debilitados. Cintio Vitier y Fina García Marruz escribieron que pasará tal resistencia a la historia de la patria como un imborrable triunfo espiritual. Cuba y el mundo abrazarán la causa de los 5 como una lucha sempiterna por la igualdad y la justicia, pues aún quedan muchos héroes anónimos en todo el orbe, que echan su suerte por el bien común, como lo hicieron estos amantes de la paz y la vida, como los describiera Antonio Guerrero, en su poema escrito desde una prisión norteamericana, Marchemos Adelante:
Amantes de la paz
condenamos la guerra,
nos sangra el corazón
cuando hieren la tierra.
Amantes de la vida
impedimos la muerte
allí donde hay miseria
echamos nuestra suerte.