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Por: Alfredo García Almeida*

Con su fantasmagórica mirada puesta en Groenlandia, Canadá, Panamá y México, el presidente electo de EEUU, Donald Trump, reivindica la anacrónica doctrina expansionista del “Destino Manifiesto”, que junto a la “Doctrina Monroe”, sentaron las bases del naciente imperialismo norteamericano.

Ambas doctrinas, cimentaron la política expansionista de Washington durante el siglo XIX. Su fundamento consideraba a EEUU como una nación “elegida” y “destinada” a expandirse desde las costas del Atlántico hasta el Pacífico. En este contexto se desarrolló la guerra contra México (1846) para anexar sus territorios del norte (Texas, California, Nuevo México, Arizona, Nevada, Utah y Colorado); y la guerra contra España (1898) para apoderarse de Puerto Rico, Cuba y las Filipinas, con planes colonizadores. La doctrina expansionista, fue usada también para justificar otros territorios arrebatados en el oeste, a los grupos originarios. Los partidarios de esta ideología, creen que la expansión no solo es buena, sino también “obvia” (manifiesta) y “certera” de la “predestinación calvinista”, que podría resumirse en la frase: “Por la Autoridad Divina o de Dios”.

La renovada idea expansionista, fue lanzada por Trump al comienzo de las fiestas navideñas y su impacto activó una reacción en cadena en toda América Latina. La pretensión de Trump de retomar el control del Canal de Panamá, chocó con el rechazo inmediato del presidente del país centroamericano, José Raúl Mulino, y motivó  una ola de solidaridad desde México a Chile hasta Colombia, con una respuesta unánime: “La vía interoceánica pertenece a los panameños. La soberanía de los territorios de la región no se toca”.

El comportamiento de Trump demostró que no fue una idea improvisada. Primero lo manifestó en un mensaje en su red social, Truth. Al día siguiente, durante la conferencia de una organización ultraderechista de proselitismo político juvenil en Phoenix (Arizona), exigió que Panamá, “reduzca las tarifas por cruzar el paso a los barcos estadounidenses o que devuelva su gestión a Estados Unidos”. Después, Trump amenazó al presidente panameño y posteó un meme con una bandera americana ondeando con el canal interoceánico de fondo y el mensaje: “Bienvenidos al canal de Estados Unidos”, sumando la voluntad expansionista como otro asunto pendiente para su regreso a la Casa Blanca.

El anuncio de Trump de declarar “terroristas” a los carteles de narcotráfico mexicanos y  combatirlos unilateralmente mediante acciones encubiertas, amenazar al primer ministro, Justin Trudeau, con  incorporar a Canadá como Estado 51, si no puede satisfacer los nuevos impuestos que pondrá a sus exportaciones y las advertencias al presidente panameño con recuperar el canal interoceánico, completa con su interés en la compra de Groenlandia, la nueva credencial de Trump como “matón de barrio”.

*periodista, analista internacional colaborador desde Mérida, Yucatán.