Captura de pantalla de El País.
Por: Alfredo García Almeida*
Para Alemania y Francia, antiguas potencias coloniales, la liberación de Siria es como echarles un cubo de sangre a dos tiburones blancos. Muy pocos son los nichos económicos por ocupar en el mundo subdesarrollado. La aparición de Siria distanciada de momento de sus mentores rusos e iraníes, ofrece una “oportunidad” a la nostalgia imperialista europea.
Los ministros de Relaciones Exteriores de Francia, Jean-Noël Barrot y Alemania, Annalena Baerbock, se han reunido con los nuevos líderes de Siria y han pedido una transición inclusiva del poder, en la primera visita en representación de la Unión Europea, UE, desde la caída del régimen de Bashar al-Assad en diciembre. “Juntos, Francia y Alemania están al lado del pueblo sirio, en toda su diversidad”, escribió en X el ministro francés de Relaciones Exteriores. Ambos países quieren “promover una transición pacífica y exigente al servicio de los sirios y por la estabilidad regional”, agregó. En el encuentro, ambos diplomáticos subrayaron la necesidad de garantizar derechos fundamentales, en especial para mujeres y minorías, mientras dejaron claro que “el apoyo financiero, no llegará sin garantías de respeto a estos principios”.
El HTS de Sharaa, lideró la rebelión que derrocó a al-Assad y su grupo ha buscado distanciarse de su afiliación pasada con Al Qaeda. Baerbock dijo que viajaba a Siria con una “mano extendida”, pero agregó que también tenía en cuenta el pasado de HTS. “Es hora de que los sirios recuperen su propio país, con una transición política que permita que todas las diversas comunidades de Siria estén representadas y que a todos los sirios se les otorgue la ciudadanía siria sin discriminación religiosa o de género”, dijo Barrot. “Con ese fin, estamos ofreciendo a las autoridades transitorias de Siria, la experiencia judicial de Francia y de la UE, su experiencia técnica, para ayudar al pueblo sirio en la redacción de una nueva constitución”, añadió el ministro francés.
Por su parte, las nuevas autoridades sirias han intensificado los contactos con sus vecinos en la región. El recién nombrado canciller sirio, Asad al Shaibani, realizó esta semana su primer viaje internacional a Riad, atendiendo al interés saudita en desempeñar un papel influyente en la reconstrucción de Siria. Arabia Saudí y otras monarquías del Golfo, han intensificado su apoyo al nuevo Gobierno sirio, buscando llenar el vacío dejado por Rusia e Irán, antiguos aliados del régimen de El Asad, que también refleja la intención de contrarrestar la influencia de Turquía, un actor clave en la región. Por otro lado, países como Egipto y Emiratos Árabes Unidos, han adoptado una postura más cautelosa hacia los nuevos gobernantes sirios, mientras que Israel continúa llevando a cabo bombardeos, con el pretexto de desmantelar arsenales de armas químicas dejadas por el régimen de Asad.
Aunque existe esperanza de un cambio hacia la estabilidad en Siria, las tensiones internas y externas, junto con el historial de HTS, plantean dudas sobre la viabilidad de una transición inclusiva y sostenible. La comunidad internacional observa con cautela los movimientos del nuevo Gobierno sirio, mientras los tiburones europeos y las sardinas aliadas, acechan la presa.
*periodista, analista internacional colaborador desde Mérida, Yucatán.
