Foto: ESCI-UPF News
Por: Alfredo García Almeida*
El presidente electo de EEUU, Donald Trump, no descarta usar la fuerza militar para sus ambiciones de expansión territorial, una vez que regrese a la Casa Blanca. En su segunda rueda de prensa tras ganar las elecciones en noviembre, Trump dejó abierta la posibilidad de una intervención militar para recuperar el Canal de Panamá y hacerse con Groenlandia, “por motivos de seguridad nacional”, además de recurrir a la “fuerza económica” de Estados Unidos para anexionarse Canadá, sin descartar la idea de unir ambas naciones y eliminar esa frontera al Norte. “Podría ser que tengamos que hacer algo”, dijo desde su mansión privada en Mar-a-Lago, Florida. “No, no puedo asegurarles que descartaré ninguna de esos dos opciones (militar o económica), pero puedo decir esto: los necesitamos por nuestra seguridad económica”.
Con la amenaza en desatar “un infierno” en el Medio Oriente, si no se llega a un acuerdo para liberar a los rehenes que tiene en su poder Hamas antes de que asuma el poder; y la promesa de “una edad dorada para América”, que incluirá renombrar el Golfo de México a “Golfo de América”, concluyó su declaración el Kaiser norteamericano.
“El cumplimiento de nuestro destino manifiesto es extendernos por todo el continente que nos ha sido asignado por la Providencia, para el desarrollo del gran experimento de libertad y autogobierno. Es un derecho como el que tiene un árbol de obtener el aire y la tierra necesarios para el desarrollo pleno de sus capacidades y el crecimiento que tiene como destino”, escribió con florido estilo, el periodista, John L. O'Sullivan, en su artículo “Anexión”, publicado en la revista, Democratic Review de Nueva York, en el número de julio-agosto de 1845.
Casi 5 décadas después, surgió la versión alemana menos poética del “Destino Manifiesto”, el “Lebensraum”, (Espacio Vital), que abarca las políticas y prácticas de colonización que proliferaron en Alemania desde la década de 1890 hasta la de 1940. Tras el ascenso del líder fascista, Adolf Hitler, al poder, el “Lebensraum” se convirtió en el principio ideológico del nazismo y proveyó de una justificación para la expansión territorial alemana en Europa Central y Europa del Este.
El Plan General del Este (Generalplan Ost), estableció que Alemania requería de un “Lebensraum” necesario para su supervivencia y que la mayoría de la población originaria de Centroeuropa y Europa del Este, sería retirada permanentemente (mediante deportaciones masivas a Siberia, el exterminio o la esclavitud) incluyendo polacos, ucranianos, rusos, checos y otras naciones eslavas consideradas no arias. El programa estratégico de Hitler para dominar el mundo, se basaba en la creencia en el poder del “Lebensraum”, que consideraba un derecho de la raza superior aria alemana, quitar a las personas originarias para conseguir su propio “espacio vital”.
Si lo que impulsa al racista magnate elegido presidente, es el retorico pensamiento del Destino Manifiesto, que cimentó la política expansionista de EEUU durante el siglo XX, o el concepto de “espacio vital” del fascista alemán, Adolf Hitler, quien veía en los Estados eslavos un territorio para ocupar por parte de la raza aria, es algo que está por verse.
*periodista, analista internacional colaborador desde Mérida, Yucatán.