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Por: Alfredo García Almeida*
Tras la fracasada acción de dignidad e independencia colombiana y la exitosa estrategia trumpiana de “Paz con Fuerza”, el Gobierno de Colombia dio por “superado” el pasado domingo, “el impase” que provocó una crisis diplomática con Washington, desatada tras la soberana decisión del presidente, Gustavo Petro, de no permitir el ingreso de dos aviones militares con ciudadanos deportados desde Estados Unidos, porque se opuso a recibir a colombianos esposados y transportados en aviones militares, que consideró un trato “indigno”.
En respuesta, el presidente, Trump, anunció la imposición de aranceles del 25% sobre todos los productos colombianos, una tarifa que se elevaría al 50% en una semana y la revocación de visas para los altos cargos del Gobierno colombiano y sus familias. Además, el mandatario norteamericano ordenó inspecciones reforzadas en las aduanas y los controles fronterizos para “todos” los ciudadanos y mercancías colombianas y la “imposición total” de sanciones fiscales, bancarias y financieras a Colombia, a lo que se sumó el anuncio de la suspensión de la emisión de visados en la sección consular en Bogotá.
Sin embargo la situación tomó un inesperado giro en dirección contraria a la decisión del presidente colombiano: “Hemos superado el impasse con el Gobierno de Estados Unidos”, dijo el canciller colombiano, Luis Gilberto Murillo, al leer un comunicado oficial en el que se asegura además, que en Colombia seguirán, “recibiendo” a quienes “retornen en condición de deportados, garantizándoles las condiciones dignas como ciudadanos sujetos de derechos”.
El jefe de la Diplomacia colombiana, añadió que su Gobierno, “bajo la directriz del presidente, Gustavo Petro, tiene dispuesto el avión presidencial para facilitar el retorno de los connacionales que iban a llegar hoy (domingo) al país en horas de la mañana, en vuelos de deportación” y que viajará a Washington junto al embajador de Colombia en EEU, para dar seguimiento al acuerdo logrado.
Mientras tanto, la Casa Blanca aseguró que “el Gobierno de Colombia está de acuerdo con todos los términos del presidente Trump, incluida la aceptación sin restricciones de todos los ilegales extranjeros de Colombia retornados desde Estados Unidos, incluidos los aviones militares, sin limitaciones o retrasos”. El comunicado emitido por la Casa Blanca, asegura que, según este acuerdo, los aranceles prometidos por Trump contra las importaciones colombianas y las sanciones, “no se firmarán, a no ser que Colombia no honre este acuerdo”, lo que se presenta como la primera demostración exitosa en América Latina, de la estrategia del Presidente Trump, “Paz con Fuerza”.
La vocera de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, desplegó la bandera de la victoria, “Paz con Fuerza”: “El presidente Trump, continuará protegiendo con fuerza la soberanía de nuestra nación y espera que otras naciones del mundo, cooperen por completo y acepten las deportaciones de sus ciudadanos, ilegalmente presentes en los Estados Unidos”.
Por su parte, la presidenta, por témpore, de la CELAC, Xiomara Castro de Zelaya, convocó a una cumbre urgente para abordar la crisis migratoria en Latinoamérica y el Caribe. La reunión tiene como objetivo, tratar las tensiones migratorias, analizar las políticas de deportación de Estados Unidos y promover juntas que garanticen un trato humanitario a los migrantes en la región.
*periodista, analista internacional colaborador desde Mérida, Yucatán.
