
Foto: Poliitico
Por: Alfredo García Almeida*
Mientras el conflicto en Ucrania sigue escalando a nivel global, dos de sus protagonistas más notables, el presidente de EEUU, Donald Trump, y el presidente francés, Emmanuel Macron, clavan la bandera del supercapitalismo desarrollado de sus respectivos países, marcando sus prioridades.
Trump habló sobre el suministro eléctrico y las centrales nucleares de Ucrania. Dijo que Estados Unidos, podría ser de gran ayuda en la gestión de esas centrales con su experiencia en electricidad y servicios públicos. “La propiedad estadounidense de esas plantas, sería la mejor protección para esa infraestructura y el apoyo a la infraestructura energética ucraniana”, aseguró el presidente empresario, devenido en colonizador. Sin embargo, según expertos, parece que en realidad esa propuesta del presidente Trump, quiere aprovechar de nuevo a Ucrania, con otro acuerdo como el de las “tierras raras”.
Sin poder desligarse de su pasado como magnate de bienes raíces, el presidente, Donald Trump, declaró el pasado 20 de marzo, que EEUU pronto firmará un acuerdo con Ucrania, para acceder a sus minerales de “tierras raras”. Trump ha estado presionando al presidente, Volodymyr Zelensky, para que firme acuerdos económicos que compensen a Estados Unidos, por su apoyo financiero en la guerra contra la invasión rusa en Ucrania. En particular, ha puesto la mira en la riqueza mineral de Ucrania. Los suelos ucranianos albergan el 5% de manganeso, titanio, litio y uranio.
Al mismo tiempo, el presidente francés, Emmanuel Macron, cree que Rusia no tiene por qué “aceptar o rechazar” el envío de “fuerzas aliadas” a Ucrania, si Kiev hace una “petición” para garantizar un posible acuerdo de paz. Así lo expresó en una entrevista publicada el pasado sábado por varios diarios regionales franceses. Temeroso de quedar fuera del pastel, el presidente francés, afirmó que por el momento no tiene intención de “interferir” en el diálogo entre Estados Unidos y Rusia. En cambio, “desde el momento en que entremos en esta fase de alto el fuego”, propuesta por Washington y Kiev, cree que serán necesarios “intercambios directos” con su homólogo ruso, Vladímir Putin, “y entre los negociadores franceses y rusos para aclarar la agenda”, sobre las garantías de seguridad que se deben ofrecer a Ucrania.
Más tarde, Macron, reveló su verdadero propósito de la ampliación masiva de la defensa de Ucrania, acordada por la Unión Europea la pasada semana: “La Unión Europea debería reducir su dependencia de las armas de fabricación estadounidense y priorizar la producción europea, declaró el presidente de Francia. Explicó que había pedido a los fabricantes de armas franceses reunidos en el Elíseo, que “sondeen a los Estados europeos que tienen la costumbre de comprar productos americanos. A los que compran Patriot (misiles) hay que ofrecerles los SAM-T franco-italianos de nueva generación; a los que compran el F3, hay que ofrecerles el Rafale”, insistió. También pretende “producir más” de estos cazas del grupo, Dassault Aviation, “en lugar de acelerar el programa de aviones del futuro”. Francia alberga en su suelo la sede y varias de las principales plantas del gigante aeronáutico europeo, Airbus, que fabrica casi la mitad de los aviones comerciales del mundo.
*periodista, analista internacional colaborador desde Mérida, Yucatán.