El diario Granma conversó en exclusiva con el presidente costarricense, Luis Guillermo Solís, en la cual se refirió al cambio climático, el combate al narcotráfico y las migraciones en el área
El pasado mes de diciembre el presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, estuvo de visita oficial en Cuba con el propósito de reforzar los lazos de amistad entre ambas naciones.
En esa ocasión le fue otorgada la condición de Académico Correspondiente Extranjero de la Academia de la Historia de Cuba, entregada a aquellos estudiosos que sin ser cubanos o residir en la Isla hayan realizado aportes significativos a nuestra historia.
Seis meses después, Solís regresó a nuestro país, esta vez para participar en la VII Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Asociación de Estados del Caribe (AEC) que se efectuó en La Habana el pasado día 4.
En dicho contexto, el primer mandatario costarricense ofreció una entrevista exclusiva a Granma.
Al referirse a los resultados de la cumbre, Solís dijo quedar satisfecho con los documentos rubricados en el evento: el Plan de Acción 2016-2018 y la Declaración de La Habana, pues con ellos se ha avanzado de manera muy significativa en los objetivos de la AEC.
Sin embargo, apuntó, estos son procesos que toman tiempo, y creo que la decisión de reunirnos cada dos años permite, en el caso de la Asociación y a diferencia de otros organismos regionales, tener tiempo suficiente para desarrollar las propuestas.
El Plan de Acción es muy detallado y sectorizado, lo que nos permite movernos en ámbitos como la mitigación de desastres y la conectividad marítima con propósitos muy puntuales, afirmó Solís.
Asimismo, con este documento tendremos la posibilidad de poner en práctica algo que en otro momento sería imposible y es alinear los factores de la política local, de los planes nacionales de desarrollo con estos regionales, y en ese sentido esta VII Cumbre ha sido muy importante.
CAMBIO CLIMÁTICO Y NARCOTRÁFICO DESAFÍOS PARA COSTA RICA
Luis Guillermo Solís comentó que el cambio climático ha afectado mucho a Costa Rica, pues su país era muy parecido a Cuba: una nación tropical, con una estación seca y una lluviosa bien marcadas.
Sin embargo, eso ya no existe en nuestro territorio, afirmó el mandatario, ahora llueve en enero, hay sequía en tiempos de precipitaciones, algunas especies de anfibios y de animales silvestres han desaparecido, y en otros casos tienen ciclos muy trastornados debido a los cambios de temperatura.
También tuvimos impactos positivos, por ejemplo en el 2015 llovió más de la cuenta, y los embalses de los que depende nuestra producción hidroeléctrica aumentaron de nivel, curiosamente —apuntó el presidente— tuvimos energía 100 % renovable más de 300 días al año.
Costa Rica enfrenta el cambio climático de dos formas: con acciones de mitigación combatiendo activamente esos procesos, sobre todo los más afectados por la lluvia y la sequía, que son la agricultura y la ganadería; y a través de la adaptación, construyendo las viviendas de otra manera, racionalizando el agua y la electricidad, y educando a la población en ese sentido.
Otro de los retos para ese país centroamericano es el narcotráfico, y según el mandatario se enfrenta como un fenómeno interno, atendido por la policía y cuerpos especiales, pues su nación no cuenta con fuerzas armadas.
Asimismo hay una cooperación internacional en la cuenca del Caribe, donde hay muchas rutas de narcotráfico, y ningún país puede combatir este fenómeno de manera individual.
HAY QUE TRATAR A LOS MIGRANTES CON HUMANIDAD
Durante su intervención en la VII Cumbre de la AEC, Solís expresó: “hay que sentir y entender a la migración y al migrante como un factor esencialmente humanitario, cuyas condiciones de vida y de tránsito deben ser garantizadas primorosamente por todos los Estados”.
Al preguntarle por este tema, el presidente tico refirió que todos somos migrantes en algún sentido, y en América Latina cada familia ha tenido algún migrante español que vino durante los tiempos coloniales o italianos que se asentaron en esta región a finales del siglo XIX, por solo citar algunos ejemplos.
El mandatario explicó que en su país hay diversos tipos de migraciones: en el caso de los cubanos que estuvieron en Costa Rica, se sabía quiénes eran pues viajaban con documentos legales emitidos por la Isla, y se conocía cuál era su destino final, pues hay leyes de Estados Unidos desde la Guerra Fría que los atraen a ese territorio, como son la política de “pies secos-pies mojados”, la Ley de Ajuste Cubano y el programa “Parole” para el personal de salud cubano.
Cuba ha demostrado en incontables ocasiones que estas políticas constituyen el principal incentivo a la migración irregular desde la Isla hacia territorio estadounidense.
Ahora que el flujo de cubanos se ha detenido hemos detectado migrantes africanos, asiáticos, haitianos y brasileños que no sabemos quiénes son o a dónde pretenden llegar, y son además rechazados por todos los países, refirió.
En todos los casos tenemos que tratarlos con humanidad y respeto atendiendo a sus necesidades básicas, y esa ha sido una de las tesis de mi administración, comentó.
Sin embargo, el presidente afirmó que eso le cuesta a un país pobre como Costa Rica y las organizaciones internacionales no están en condiciones de apoyar grandemente; la mayor ayuda brindada a los casi 8 000 cubanos que estuvieron en el país fue gracias al gobierno y la sociedad civil.
CUBA Y COSTA RICA RELANZARON SUS VÍNCULOS
El presidente calificó de estupendas las relaciones entre Cuba y Costa Rica, y agradeció al Presidente Raúl Castro y a los ministros de la Isla por lo fructífero de los diálogos desde su visita oficial efectuada en diciembre.
Desde ese momento, dijo, ocurrió un reavivamiento en los lazos de los países y ahora ambos embajadores promueven los vínculos institucionales en sectores como la salud, el turismo, la cultura, y la biotecnología.
Mi expectativa es que las relaciones continúen aunque yo no ocupe el cargo de presidente, y mi valoración para ello es muy optimista, concluyó Solís.
