Por: Danercy Rodríguez

Gracias al mar, existe La Habana, por lo menos así lo estimó Sebastián de Ocampo cuando en mil 508, después de circunvalar el territorio y confirmar que se trataba de una isla, decidió escoger un puerto resguardado del norte donde reparar daños de los buques y reponer fuerzas, a ese puerto le llamó Puerto de Carenas.

En ese mismo sitio, en mil 519, La Habana estableció su tercer y definitivo asentamiento, de ese puerto saldría Hernán Cortés, con una expedición de once navecillas, hacia las tierras inexploradas del oeste y desembarcó en Cozumel para iniciar la conquista de México; desde entonces se comentaba entre los conquistadores españoles, las extraordinarias cualidades, del puerto y la bahía de la Villa.

Fue el 16 de noviembre de mil 519, a la sombra de una Ceiba que por allí existía, casi frente al mar, se celebró la primera misa y el primer cabildo, y se declaró fundada la Villa, con el nombre de San Cristóbal de La Habana.

A 500 años de su fundación y en el sitio donde encontró su asiento definitivo La Habana, el doctor Félix Julio Alfonso López, profesor titular del Colegio Universitario San Gerónimo de La Habana, habló a quienes concurrieron a la ceiba y comenzó sus palabras rindiendo homenaje al Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal.

“Que bella es mi ciudad’, le hemos escuchado decir con incansable pasión a uno de sus hijos predilectos, Eusebio Leal Spengler, la criatura más perseverante y batalladora por que no se pierda la esperanza y la fe de los habaneros, el creador de esa utopía maravillosa que es la ciudad restaurada, conservada, limpia y hermosa”, dijo el también vicedecano del Colegio de San Gerónimo.

“Y aquí estamos contigo, Eusebio, junto a la obra inmarcesible que durante más de medio siglo tú has realizado, para ennoblecer la ciudad y con ella, a Cuba”.

A la convocatoria del Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal, cuando exhortó a consumar todos los esfuerzos posibles, y hasta los imposibles, para restañar las heridas causadas por el devenir inexorable de cinco siglos, la capital se ha levantado como una gigantesca multitud de compromiso y entrega sin límites: Hombres, mujeres y hasta los niños han trabajado sin descanso.

“Grandes monumentos históricos han sido restaurados, los mármoles y bronces de las estatuas han vuelto a brillar, las hermosas avenidas se han abierto iluminadas, y se han construido nuevas viviendas, escuelas y centros de salud o de recreo, en beneficio de una población que, originaria de ella o venida de todos los confines de la Mayor de las Antillas, la ha hecho suya, y ha fundado aquí su hogar y su familia. La Habana crece, vive, canta, baila y sueña”, destacó.

La celebración del medio milenio de la capital, necesitada de mantenimientos y rehabilitación continúa por el paso de los siglos, azotada además, por un devastador Tornado a finales de enero del 2019, fue testigo de un arduo proceso que involucró a todo el pueblo, sus 500 años lo merecían, tanto que el Primer Secretario del Partido en La Habana,Luis Antonio Torres Iribar, convocó a trabajar con la cultura del detalle y sin chapucería en cada recorrido de control .

“Todo lo que está bien pensando, está casi hecho”, los 500 años de la Habana son importantes, pero son importantes después del 16 de noviembre y a ella debemos distinguirla con la producción de alimentos, los servicios, el sentido de pertenencia, con la unidad de los trabajadores en los centros, y señaló “la unidad es el factor clave, la unidad es la mayor divisa de cualquier pueblo, los obstáculos son esas cosas horribles que separan la vista de la meta; “orgullosos de lo que significa La Habana, no solo para Cuba sino también para el Mundo”, expresó.

“ Tenemos que lograr que cada cual se identifique con su municipio, tenga sentido de pertenencia y cuide su entorno, es importante que cada cual se sienta parte de lo que se hace en esta Habana y por esta Habana”.

La restauración de numerosos sitios de la capital, muchos de los cuáles han sido ejecutados por la Oficina del Historiador de La Habana, dan un toque que mezcla lo moderno y lo colonial, las máximas autoridades y con el esfuerzo del pueblo, prepararon un amplio plan de acciones para engalanar a la Ciudad Maravilla, título que le fue otorgado por la Unesco en 2016.

La Habana ha sido escenario de un amplio programa de actividades culturales que acompañan las obras de embellecimiento, para regalar a pobladores y visitantes una urbe rejuvenecida.

Uno de los eventos de mayor expectativa fue la inauguración del Capitolio Nacional, el cual se sometió a un proceso de restauración, con una iluminación simbólica del edificio, cuya escalinata sirvió de escenario al prestigioso pianista cubano Frank Fernández, para estrenar la tonada compuesta especialmente para la ocasión y un imponente espectáculo con fuegos artificiales.

En el marco de esta celebración se inauguraron dos bibliotecas, una dedicada a los niños y otra a la arquitectura; el Museo de los Bomberos; un centro especializado en diseño; el Museo del Ferrocarril de Cuba; el Museo del Automóvil; El castillo de Atarés; la Sala Polivalente en el Museo de la Ciudad.

De igual modo, fueron remodelados varios comercios y creados otros, se rescató después de una exigente labor de restauración la emblemática Plaza de Cuatro Caminos, uno de los mayores centros comerciales de la capital.

El 16 de noviembre al darle las tres vueltas al templete y ante la presencia de pobladores habaneros, visitantes y de autoridades entre las que se encontraban Reinaldo Zapata, presidente de la Asamblea Provincial del Poder Popular, el doctor Félix Julio Alfonso López, recordó la convocatoria hecha en el 2018 por Leal para recibir los 500 de La Habana con un nuevo rostro.

“Hace exactamente un año, en este mismo lugar, el Historiador de la Ciudad nos convocaba a consumar todos los esfuerzos posibles, y hasta los imposibles, para restañar las heridas causadas por el devenir inexorable de cinco siglos. Y así ha sido, la capital se ha levantado como una gigantesca multitud de compromiso y entrega sin límites.

En el sitio fundacional de “la ciudad donde se proclamó el carácter socialista de la Revolución cubana y donde innumerables veces el pueblo acudió a la Plaza para dar su apoyo a la Revolución y a Fidel”, que “ni amenazas ni bloqueos han podido quebrantar la voluntad ni la alegría del pueblo que recibió con júbilo la revolución victoriosa, que se fue a los campos a alfabetizar y a cuidar la salud de los que nada tenían”.

“Quiero terminar estas palabras recordando el mandato que nos han pedido Eusebio, el Partido y el Gobierno de la capital y del país: que el 500 aniversario no sea una meta cumplida, sino un punto de partida para alcanzar nuevas realizaciones y un desafío permanente para la imaginación y la utopía por una ciudad mejor. La joven dama que cumple 500 años y todos sus habitantes así lo merecen”.