Cuevas cubanas reservorio de tesoros naturales

Édité par Lorena Viñas Rodríguez
2018-03-15 16:48:36

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Ocultos en el mundo del silencio subyacen tesoros naturales que hacen de Cuba un reservorio natural.Foto:PL.

Por: Odalys Buscarón Ochoa

La Habana, 15 mar (RHC) Ocultos en el mundo del silencio subyacen tesoros naturales que hacen de Cuba un reservorio natural inigualable de fauna y flora endémicas.

Tal es el caso de la cueva Geda, en la sierra Guasasa, ubicado en el corazón del Valle de Viñales, en la occidental provincia cubana de Pinar del Río.

Considerada parte de la triada de las espeluncas más bellas del archipiélago cubano (junto a la del Panal y el Jarrito, del conjunto cavernario Bella Mar), Geda permanece casi oculta en el “valle del silencio”, entre los mogotes de Viñales, a unos 300 metros sobre el nivel del mar.

Un equipo de espeleólogos cubanos llegó hasta ese lugar para filmar un documental con la cooperación de productores de Francia.

El proyecto binacional que abarca otros sitios del patrimonio cavernario del país, tiene entre sus tareas la educación ambiental y la visualización de tesoros, muchas veces inaccesibles.

Parte de la iniciativa audiovisual fue exhibido este jueves en el Museo de Historia Natural de Cuba, con la guía de la espeleóloga y ambientalista cubana Yamilé Luguera, quien nos condujo al mundo sumergido entre rocas cársicas, en el reservorio ecológico de Geda.

Foto:PL.

Cuba alberga un sinnúmero de tesoros cársicos y esa cueva reúne una extraordinaria amalgama de estalactitas, quizás las más espectaculares en los mogotes de Viñales, afirmó en el audiovisual Hilario Carmenate, el espeleólogo local más antiguo vivo.

De acuerdo con el especialista Geda significó, sin dudas, un paraíso para los fósiles paleontológicos cubanos, que junto a los llamados lagos colgantes hacen del “Valle del silencio” un paisaje sin paragón en el mundo.

Justo en ese sitio geográfico de la más occidental provincia cubana se ubican las dos cuevas más grandes de la isla: Palmarito, con 60 kilómetros de cavidades sumergidas, y Santo Tomás, donde está enclavado el Centro Nacional de entrenamiento de Espeleología.

Para la museóloga y espeleóloga Yamilé Luguera, miembro de la expedición cubano-francesa, esa disciplina multifacética y de riesgo no solo representa “un placer individual, pues estamos convencidos de que resulta una actividad útil a la sociedad y al país”.

El interior de Geda recrea un espectáculo sorprendente, de colores y formas, por las formaciones de estalactitas y estalagmitas, creadas de manera natural por la acumulación de carbonato cálcico y minerales arrastrados por el agua de lluvia que penetra en las cuevas.

“Las expediciones en esta zona comenzaron en 1968, pero quedan muchos años por delante para seguir descubriendo tesoros ocultos en estas montañas”, sentenció Carmenate. (Fuente:PL)



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