REMEMBRANZAS. Eliseo Diego (+Fotos y Video)

Édité par Martha Ríos
2019-02-28 20:00:26

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Habanero de nacimiento, destacó, además por su narrativa, como profesor y traductor. Foto: Archivo

Por Martha Ríos

Solo un ser de probada sensibilidad y talento como el cubano Eliseo Diego (1920-1994) podía expresarse así:

“La nostalgia debe provocar la imaginación para suplir aquello de que se tiene nostalgia. La nostalgia no puede inventarse y crearse a voluntad, tampoco la poesía”.

El Premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez (1927-2014), después de calar profundamente en su obra, lo calificó como uno de los grandes de la poesía castellana.

El propio Gabo admitió que no había dicho esto antes de ningún poeta, a pesar de conocer a muchos, incluso, amigos suyos.

El día de los otros
 
Cuando por fin mañana sea de veras/cuando mañana sea mañana,
definitivamente la mañana de los otros,/qué poco va a importarte a ti
lo que empezaste con afán ayer/y era imposible que nadie sino tú
con afán le diese fin a tiempo./Cuando mañana sea mañana.
 
Cuando por fin amanezca el día de los otros,/absolutamente el día en que no estás,
qué solos van a quedarse tus zapatos,/y sabiendo que a ti qué más te da
colgarán tus camisas de las perchas/con cuánto imaginario desconsuelo.
Porque cuando amanezca el día de los otros/de veras que va a darte qué más da.
 
Suponte entonces otra forma de ser tú/Mientras los otros huelen el sol que ya no ves
y piénsate un estar que no es aquí/donde no escuchas la impertinencia del reloj
y llámalo la eternidad.

Cómo pensar que entonces no va a importarte tu mujer/Ni te harán gracia las bromas de tus hijos ya
porque no sabes tú de ti ni qué./Y así no entiendes tú la eternidad –ni yo.

Eliseo Diego se entregó con devoción a la Literatura,  aseguraba que “Un poema no está completo hasta que alguien lo lee: es un acto a dos, quien lo escribe y quien lo lee. Hasta que alguien no lo hace suyo, no está completo el poema”.

Habanero de nacimiento, destacó, además por su narrativa, como profesor y traductor.

Fue uno de los fundadores del Grupo Orígenes y de la revista del mismo nombre, una de las publicaciones literarias más serias de la lengua española.

Foto: periódico Granma

A este intelectual le apasionaba trabajar para los niños. Hizo textos para segundo, tercero y cuarto grados, de la Enseñanza Primaria, después del triunfo de la Revolución cubana (1ro de enero de 1959). Llegó a decir que era una de sus mayores satisfacciones.

“Los niños siempre se han apropiado de las cosas que necesitan; y ahí volvemos a la poesía como necesidad humana. Lo mejor es escribir desde el niño que llevamos dentro para lograr la comunicación con el otro que va a leernos”.

A Eliseo Diego le gustaba codearse con la joven generación y enseñarle sus conocimientos que eran vastísimos, fruto de sus estudios y la incesante afición por los libros, desde que aprendió a leer. Por eso siempre fue imprescindible para quienes despuntaban en las letras.

La sala infantil y juvenil, de la Biblioteca Nacional José Martí, de La Habana,  institución a la que mucho aportó, lleva su nombre, una manera de mantenerlo vivo entre nosotros.

Varias veces se le distinguió por su trayectoria. En 1979 obtuvo el Premio Gorki a la mejor traducción de poesía rusa al español; en Cuba, el de la Crítica, en 1982. Cuatro años después, el Nacional de Literatura; y el último, el Premio Literario Juan Rulfo, que fue a recibir a México en noviembre de 1993.

Allí, meses más tarde, el 1ro de marzo de 1994, le sorprendió la muerte a los 73 años de edad.

Foto: Internet

 

 



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