Rita Montaner: la única

Édité par Lorena Viñas Rodríguez
2019-08-21 07:43:54

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Foto: Radio Reloj.

Por: Teresita Jorge

La Habana, 21 ago (RHC) Rita Montaner, una de las figuras más emblemáticas de la música cubana, nació el 20 de agosto del año 1900.

Conocida por su pueblo como La Única, la destacada cantante y actriz encarnó para siempre el espíritu musical y la gracia del alma popular y la cubanía. Rita se convirtió en una leyenda viva como cantante, pianista y actriz.

Desde temprana edad su vida transcurrió en medio de la música clásica, los toques de tambor y las alegres comparsas que desfilaban por su natal Guanabacoa, cuna también de otros grandes de la música, entre estos Ignacio villa (Bola de Nieve), Ernesto Lecuona y Enriqueta Sierra.

Fue una niña precoz que estudió el piano hasta lograr la más plena perfección, dominaba el pentagrama y cantaba de manera excelente, con un estilo suyo, muy peculiar, tanto las melodías cultas como las populares, algo que no ha podido ser igualado.

Versátil cantante

Con sólo 22 años de edad, devino la primera voz femenina que se escuchó por el medio radial en Cuba.

El acontecimiento tuvo lugar a través de la emisora PWX, de la otrora Compañía Telefónica, durante la inauguración de la radio en la isla caribeña y estuvo acompañada por la orquesta que dirigía Luis Casas Romero.

Años después debutó en la zarzuela Niña Rita, de Ernesto Lecuona, y Ay Mama Inés, de Eliseo Grenet, piezas antológicas del cancionero criollo cubano. Francia, Estados Unidos y otros afamados escenarios del mundo vieron triunfar a la excelsa cantante cuya versión de Cecilia Valdés hizo que el autor, Gonzalo Roig, calificara la interpretación de genial, artística y sobresaliente.

A esa pieza se sumarían otras que, como El Manisero, de Moisés Simons, y El Cafetal, de Lecuona, colocaron a Rita en la cima de la interpretación de lo mejor del quehacer musical cubano.

Genuina cubanía

En cada actuación Rita Montaner reafirmaba su auténtica cubanía. Sólo ella, y nadie más, ha hecho del solar habanero, de la calle cubana, una categoría universal, dijo el poeta Nicolás Guillén.

La cantante, con su perseverancia, contribuyó a destruir los prejuicios de aquellos que menospreciaban los aportes africanos a la música cubana.

El poeta y declamador Luis Carbonell afirmó que ella imprimía a la música negra una especie de desgarramiento que producía con las cuerdas vocales. «Hacía un desgarramiento doloroso, un alarido de protesta, como nadie ha podido hacerlo en nuestro país».

De la genial intérprete de Rosa La China, del maestro Lecuona, manifestó el escritor y poeta Miguel Barnet: Su estilo tenía de africano y español, pero sobre todo y para siempre, de nuestros ingredientes, de nuestra cosecha nacional. (Fuente: Radio Reloj)



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