Voló como Matías Pérez, frase que eterniza en el tiempo

Édité par Maria Calvo
2020-06-29 13:31:19

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El suceso que dio origen a esta expresión cumple este 29 de junio 164 años

Una de las historias más conocidas en Cuba es la de Matías Pérez, un hombre que vivió en el siglo XIX y que su gran sueño era construir un globo aerostático y elevarse en las alturas.

Comencemos por precisar que Matías Pérez no era cubano como muchos creen, era un portugués con profesión de sastre y toldero que se estableció en La Habana, donde comenzó a confeccionar toldos de lona en la populosa calle Neptuno.

El fabricante de toldos en sus horas libres se dedicaba a estudiar aerodinámica, y poco a poco fue confeccionando la barquilla, el quemador, la envoltura y demás aditamentos, de un globo aerostático.

En 1856 arriba a Cuba el francés Eugene Godard, quien era un afamado piloto y constructor de globos. Realiza algunos vuelos de exhibición y conoce a Matías Pérez, con quien entabla una rápida amistad que los lleva a volar juntos el 21 de mayo de ese mismo año.

Tal fue el delirio que despertó en Matías estas experiencias aéreas que logró comprarle al francés el globo “La Villa de París” en el cual se propuso ejecutar estas prácticas por sí solo.

A tal efecto solicitó por escrito el permiso para volar al capitán general de Cuba en ese entonces, el español José Gutiérrez de la Concha

Su primer vuelo fue el 12 de junio de 1856. Las condiciones atmosféricas eran buenas y partió desde lo que es hoy Parque de la Fraternidad  de La Habana.

Como resultó un vuelo exitoso, diecisiete días después, el 29 de junio, repitió el evento ante una multitud de habaneros que se reunió para verlo despegar en su segunda y última aventura.

Según periódicos de la época, el viento era demasiado fuerte para el momento y el vuelo se retrasó. Finalmente con la caída de la tarde alrededor de las 7 de la noche tomó la desafortunada decisión de elevarse hacia los cielos y nunca más fue visto.

El globo ascendió rápidamente y con los aires cálidos se movió a la deriva tomando rumbo hacia el norte, sobre el estrecho de la Florida. Se cuenta que las últimas personas que lo vieron fueron unos pescadores por el Torreón de la Chorrera.

Hubo una búsqueda meticulosa en las provincias de Pinar del Río y La Habana, pero no se encontraron rastros del aerostato ni de Pérez.

La conmemoración del centenario del vuelo se honró como uno de los primeros pilotos cubanos con dos sellos, con valores de 3 y 13 centavos.

Aunque con su intrépida acción este valiente hombre no logró trascender en la historia de la aeronáutica, si pudo repercutir en el tiempo, ya que nos legó  una popularísima frase que seguramente alguna vez usted ha usado, cuando algo o alguien desaparece ¡Voló como Matías Pérez! o ¡se fue a bolina como Matías Pérez!.  (Recopilación Internet)



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