El Cementerio o Necrópolis de Cristóbal Colón (+Fotos)

Édité par Maria Calvo
2020-11-16 16:28:27

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Foto: MC

El Cementerio de Colón como todos le llaman, se encuentra en el centro de la ciudad de la Habana, es el mayor de América y uno de los más famosos e importantes de todo el mundo. Es un verdadero museo a cielo abierto, debido al gran número de obras escultóricas y arquitectónicas de impresionante belleza artística que alberga. Fue declarado Monumento Nacional de Cuba

Desde 1854 se comenzó a pensar en la necesidad de una nueva necrópolis en la ciudad, cuando resultó insuficiente debido al crecimiento poblacional, el viejo Cementerio de Espada.
 
El Cementerio de Espada fue el primer cementerio público de Cuba y de Hispano América, se encontraba en el área que forman las calles San Lázaro, Aramburu, San Francisco y Vapor, y fue clausurado en 1878.

vista del cementerio de Colón

Para la construcción del nuevo cementerio se creó un concurso el cual ganó el arquitecto español Calixto Aureliano de Loira Cardoso.

La primera piedra del nuevo campo santo se colocó el 30 de octubre de 1871 y las obras fueron concluidas totalmente casi quince años después, en 1886. En 1934 recibió una ampliación.

Por ironías del destino el primer cadáver enterrado en el cementerio el 29 de septiembre de 1872, fue el del arquitecto constructor, el español Calixto de Loira.

Fue sepultado en el primer panteón del cementerio, llamado Galería de Tobías, una galería subterránea de cien metros de largo.

Trágicamente no basto esta ironía de la vida y en mes después fallece su sustituto como arquitecto principal Félix de Azúa.

Esto hizo nacer una leyenda de que alguna maldición perseguía a los que tuvieran dicho cargo, pero el siguiente arquitecto vivió con salud muchos años más.

Según el proyecto del arquitecto Loira el cementerio es rectangular y está dividido en cuatro secciones por dos anchas avenidas que forman una gran cruz. En el centro se encuentra la Capilla donde se efectúan las ceremonias para los difuntos.

Como dictaban las concesiones papales de aquel entonces, la distribución urbanística del cementerio se dispuso según el poder adquisitivo de las personas. Por eso se concibieron zonas de primera, segunda, tercera, cruces de segunda orden y campos comunes.

Para identificar la ubicación de las tumbas se toman como referencias los cuatro cuadrantes (NE, NO, SE y SO), las zonas o las calles y en ocasiones los Lotes en los campos comunes. La necrópolis posee cuatro puertas de entrada en los cuatro puntos cardinales. 

La principal y más majestuosa es la norte, en la esquina de Zapata con la calle 12. Esta puerta denominada arquitectónicamente como Puerta de Triunfo, posee un bello pórtico de estilo neo bizantino obra de Calixto de Loira y un Monumento escultórico en mármol de Carrara, encima del arco de entrada  de José Vilalta.

La bella escultura de entrada del Cementerio conocida y descrita como las Tres Virtudes Teologales, la Fe, la Esperanza y la Caridad, posee la siguiente inscripción en latín: "JANUA SUM PACIS" (Soy la puerta de la paz).

Según la leyenda, en el monumento escultórico, se encuentra en una pequeña urna las cenizas de un obrero muerto durante la construcción, de identidad desconocida.

La Necrópolis de Colón posee más de 56000 mausoleos, capillas, panteones, galerías u osarios, donde se calcula que están enterrados más de 2 millones de personas. En el yacen figuras ilustres de la historia de Cuba, por lo que el lugar es de gran interés cultural, artístico e histórico.        

Hay cientos de tumbas o panteones impresionantes por su hermosura y majestuosidad, una muestra de la historia arquitectónica de la isla. Otras son sencillas bóvedas de terrazo que se han hecho famosas porque están asociadas a leyendas o mitos populares.

Detrás de cada una de las representaciones que salvaguardan el último reposo, han intervenido famosos arquitectos y escultores de Cuba y el mundo.
Los monumentos más majestuosos del cementerio se encuentran a ambos lados de la Avenida de Colón en la entrada norte, se le llama Zona de Monumentos de Primera. Todos fueron construidos entre finales del siglo XIX y comienzos del XX.

La zona más antigua del cementerio, es la que se encuentra a la izquierda de la entrada principal y lógicamente es allí donde se encuentran los panteones más antiguos.

Entre los Panteones y tumbas famosas y populares del Cementerio Colón se encuentran:

monumento a los bomberos

El Panteón de los Bomberos. A la derecha de la Avenida de Colón en la entrada norte del cementerio se ve el Monumento a los Bomberos, dedicado a perpetuar la memoria de los bomberos caídos en el incendio ocurrido el 17 de mayo de 1890, en la ferretería Isasi, en el que murieron 38 personas, de las cuales 25 eran bomberos.

El monumento fue construido de 1892 a 1897 por el arquitecto Julio M. Zapata y el escultor Agustín Querol, el cual esculpió el retrato de cada uno de los bomberos muertos en el siniestro. Al carecer de la imagen de uno de ellos, esculpió la suya propia colocándola en el lugar donde iría el bombero desconocido.

tumba de Catalina Laza
y Juan Pedro Baró

La Tumba de Catalina Laza y Juan Pedro Baró. A la orilla izquierda de la avenida principal del cementerio, frente al obelisco a los bomberos se encuentra un lujoso panteón que guarda los restos de Catalina Laza y otros miembros de la familia Baró.

Catalina Laza y Juan Pedro Baró fueron los protagonistas de una controvertida y triste historia de amor en su época. Comenzó cuando se conocieron estando ella casada con Luis Estévez Abreu, hijo del vicepresidente de la república, quien se negó a darle el divorcio.

Ellos insistieron en la relación, pero tuvieron que enfrentar durante largos años el rechazo de la sociedad de aquel entonces. Finalmente Catalina logro el divorcio otorgado por el Papa y legalizado en 1917 por el presidente Menocal.

En 1926 se inauguró un soberbio palacete en el 406 de la calle Paseo donde se fue a vivir la pareja. Pedro le regaló a Catalina una nueva rosa de injerto con los colores favoritos de su amada, el rosado y el amarillo, que aun lleva su nombre.

Desgraciadamente la felicidad duro solo cuatro años, porque Catalina enfermo de un mal extraño y finalmente murió en 1930.
Pedro mando a construir para su esposa un panteón singular, diseñado de tal forma que los rayos del sol por la mañana al penetrar por unos pequeños vitrales, dibujan una rosa similar a la que lleva el nombre de su esposa.

Catalina fue enterrada con todas sus joyas y sepultada bajo una montaña de hormigón para que nadie pudiera violar su paz. Juan Pedro murió diez años después. Fue su deseo que lo enterrasen a los pies del amor de su vida. (Historia de amor de Catalina y Juan Pedro)

tumba de La Milagrosa

La Tumba de La Milagrosa de Cuba. La tumba más famosa, querida, respetada y visitada del cementerio es una humilde bóveda donde descansan los restos de Amelia Goyri y José Vicente Adot su esposo.

La historia de La Milagrosa es una triste historia de amor convertida en leyenda para siempre Amelia Goyri de la Hoz es conocida como La Milagrosa, porque durante años ha concedido deseos, peticiones y realizado milagros en muchas personas que han acudido a ella en busca de solución a sus problemas.

Sobre la tumba se encuentra una escultura de la célebre mujer que con una mano carga una niña y en la otra sostiene una cruz.

Tumba del Amor de Modesto y
Margarita

La Tumba del Amor de Modesto y Margarita.  La Tumba del Amor es un símbolo del amor sincero y de la fidelidad aun después de la muerte que guarda los restos de Margarita Pacheco Alonso y Modesto Canto Menjibar, que vivieron una profunda relación después que ella pudo separarse de su esposo anterior, un hombre que la maltrataba.

Ella falleció en 1959 a los 39 años, él en 1977, vivió 20 años más durante los cuales visitaba a diario la tumba de su amada.

Modesto era músico y escultor, talló el mismo su busto y el de Margarita en 1964, esperando así el momento para unirse a ella.

En el panteón se puede leer grabado en una losa un epitafio que dice: "Bondadoso caminante: Abstrae tu mente del ingrato mundo unos momentos y dedica un pensamiento de amor y paz a estos dos seres a quienes el destino tronchó su felicidad terrenal y cuyos restos mortales reposan para siempre en esta sepultura, cumpliendo un sagrado juramento. Te damos las gracias desde lo eterno. Margarita y Modesto."

Tumba de Leocadia y
el Hermano José.
Foto: MC

La Tumba de Leocadia y el Hermano José. Una de las tumbas más populares y visitadas del Cementerio Colón es la de Leocadia y el Hermano José, exponentes de la religión yoruba.

Leocadia Pérez Herrera fue durante muchos años una médium o santera muy famosa de la Habana, que con sus aciertos y premoniciones se ganó el respeto de creyentes y no creyentes.

Alcanzó popularidad y respeto porque a ella acudían personas importantes, así como gente de pueblo de bajo nivel económico con mucha fe, que la señora consultaba y muchas veces ayudaba a solucionar sus problemas, penas o dolencias sin cobrar nunca un centavo.

El Hermano José, Taita José o Tá José, como también se le conoce era el guía espiritual, el "muerto" a la que ella consultaba. Un espíritu, que por boca de Leocadia, realizó grandes obras de caridad.

Nadie nunca supo su nombre verdadero ni su procedencia. Según se dice el mismo hizo que un artista pintara un retrato suyo, de esa forma sus devotos, además de escucharlo a través de la médium, también podrían verlo. Varias veces se trató de fotografiar el cuadro, pero nunca la foto sirvió, solo se veían manchas blancas.

Según la historia, Taita José predijo el día exacto de la muerte de Leocadia y le juro que él también descansaría eternamente junto a ella. Leocadia falleció el 3 de junio de 1963 y fue enterrada en una modesta tumba junto al cuadro de Taita José, acompañada por un cortejo fúnebre impresionante.

Durante años se ha tratado por sus fieles de hacerle un panteón a ambos, pero se dice que el Hermano José no lo permite, debido a su excesiva modestia que lo caracterizaba.

Leocadia era amante de la musca clásica, especialmente del violín que acompañaba sus sesiones, por eso cada 19 de marzo día de San José, despierta al cementerio un gran toque de violines que lleva la procesión que acude a rendirle honor a Leocadia y al Hermano José.

A pesar del tiempo de fallecida en la tumba nunca faltan flores y otras ofrendas. Constantemente llegan al lugar personas necesitadas de su ayuda y vuelven los agradecidos una y otra vez, porque se dice que desde el más allá ellos todavía escuchan las voces de los vivos.(Historia ampliada de Leocadia Pérez Herrera y Ta José)

Tumba de la fidelidad o del perrito

La Tumba de la Fidelidad o del Perrito. Se conoce con varios nombres, la Tumba de la Fidelidad, la Dama del perrito o la Tumba del perrito, donde descansan los restos de Jeannette Ford Ryder y de su fiel perro Rinti.

Jeannette Ford Ryder norteamericana (1866-1931) vino a Cuba en 1869 donde fundo Bando de Piedad una organización de beneficencia, con la que realizó una notable labor de caridad hacia la protección de animales domésticos, mujeres desvalidas y viciosas, niños desamparados, huérfanos y pobres en general.

Según la historia, al morir la dama a los 65 años de edad, su fiel perrito Rinti permaneció a los pies de la tumba hasta sucumbir junto a su ama. Se dice que los empleados dejaron al noble can permanecer en el lugar e incluso le dejaban algo de comer, que el perro rechazaba, hasta finalmente morir de tristeza.

Posteriormente Bando de Piedad contrato al escultor cubano Fernando Boada quien creo la escultura que se encuentra actualmente en el panteón.

Es una historia verídica que demuestra el verdadero amor y la fidelidad del perro hacia el ser humano. Cada segundo domingo del mes de abril, que se celebra en Cuba el Día del Perro, una peregrinación acude a este lugar, para rendirle homenaje a la fidelidad de este noble animal. (Jeannette Ryder y el Bando de Piedad)

Tumba del hombre enterrado
de pie

La tumba del hombre que fue enterrado de pie: Esta es la única tumba vertical del cementerio y, por ende, la única persona enterrada de pie, o sea que la caja fue puesta en la bóveda en posición vertical.

Eugenio Casimiro Rodríguez quien fue condenado en 1918 a cadena perpetua y gracias a la suerte o a la casualidad conoció en la cárcel a María Teresa Zayas, la hija del entonces presidente que se enamoró de él.

Logró el indulto, se casó con la muchacha y en una vertiginosa carrera política, llegó a ocupar un escaño en la Cámara de Representantes y se volvió rico y poderoso. Antes de morir, mandó a construir en la capilla familiar un nicho vertical. Fue su última voluntad pues decía que un tipo que había caído de pie en la vida, tenía también que caer parado en el infierno.(¿Quién fue el hombre enterrado de pie?)

Tumba de Cecilia Valdés. Foto: MC

La Tumba de Cecilia Valdés. Hasta hace poco tiempo se pensaba que la famosa Cecilia Valdés era solo un personaje de ficción en la imaginación del escritor Cirilo Villaverde, pero recientemente después de una investigación se descubrió que existió realmente esa mujer, cuyos restos reposan en este cementerio.

Fue una joven mulata cuyos encantos despertaba la admiración de cuantos la conocían, a tal punto de que la llamaban "virgencita de bronce".

Los restos de la verdadera Cecilia Valdés hija de la Real Casa de Maternidad fallecida 1893 a la edad de 86 años, descansan en el Campo Común.

Otros panteones y tumbas y obras escultóricas de atractiva belleza y de interés arquitectónico en la Necrópolis de Colón son:

Capilla Central del cementerio

La Capilla Central del Cementerio Colón: La Capilla Central está situada en el mismo centro de la cruz que forma la estructura del cementerio y es la edificación más importante. En ella a petición de los dolientes se les da la última misa a los que fallecen.

Concluida en 1886 al estilo románico-bizantino, es el único templo religioso de forma octogonal en Cuba. Posee una bella pintura mural al fondo del altar mayor de Miguel Melero quien fue director de la escuela de pintura San Alejandro, que representa el juicio final.

Capilla del Conde
de Rivero

Los vitrales que representan diferentes santos católicos y pasajes religiosos, fueron traídos de Colonia, Alemania.

La Capilla del Conde de Rivero. Diseñada por el arquitecto Felix Cobarrocas, posee un notable conjunto escultórico que corona la fachada, presidido por un caballero cruzado con todo su arnés y capa, escoltado por las Cuatro virtudes Cardinales.

Capilla Franchi Alfaro

En el interior del nicho aparece una estatua yacente de Nicolás Rivero (franciscano miembro de la Orden Terciaria) a escala natural, esculpida por Moisés de la Huerta.

La Capilla de la familia Franchi-Alfaro. Bella obra funeraria del eclecticismo, inspirada en el Mausoleo de Halicarnaso.

El Panteón del arquitecto Jose F. Matta. Consiste en una pirámide geométricamente pura, 60 veces más pequeña que las egipcias. Se cuenta que J.F.Matta era director de la escuela de arquitectura, gran admirador de la cultura egipcia.

Tumba de Pérez Urrutia

Panteón de la familia Pérez de Urría. Un ángel guardián del descanso eterno y la paz realizado por el escultor italiano Pietro de costa en 1875.

Tumba Miguel Mendoza

Tumba de Miguel C. de Mendoza. Réplica de La Piedad de Miguel Ángel realizada por Rita Longa.

Si recorre el cementerio, también podrá ver y admirar muchas tumbas y sepulcros muy originales y curiosos como:

La Tumba del Dominó. Juana Martín de Martín fue una señora apasionada por el juego de dominó. Murió a causa de un infarto al no poder "pegarse" con la ficha del doble tres que mantuvo en su mano crispada.

Tumba del Dominó

Sus familiares en su honor mandaron a construir su bóveda en mármol blanco, a semejanza de la ficha fatal.

Juana Martín fue la propietaria del jardín "El Fénix", donde Juan Pedro Baró encargo el injerto de la Rosa Catalina Lasa.

Tumba de Capablanca

Tumba de José Raúl Capablanca. Es la tumba del único campeón mundial cubano de ajedrez y uno de los jugadores más grandes de todos los tiempos.

Su tumba resalta por el gran rey esculpido en mármol blanco que la hace sobresalir entre todas las vecinas y hace que se divise desde una distancia notable.

La tumba de la Bordadora

La Tumba de la Bordadora. Encima de la lápida sobresalen dos manos que simulan a una mujer bordando.

Es irónico ver que las tumbas más queridas y visitadas del cementerio, ocupan solo un pequeño espacio en torno al que se aglutinan diariamente decenas de personas, en contraste con panteones majestuosos que ocupan enormes extensiones y a los que nadie visita, ni nadie lleva una flor.

Eso nos hace comprender que la grandeza en la eternidad no se puede comprar con dinero. (Tomado de Internet)



Commentaires

  • Ivonne's gravatar
    Ivonne
    12/03/2021 03:41 am

    Hola, hay alguna forma de ponerse en contacto con el cementerio de colon?


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