por María Josefina Arce

El bloqueo económico, comercial y financiero impuesto desde hace más de medio siglo por Estados Unidos contra Cuba sigue siendo un tema que genera incontables críticas a nivel internacional y dentro del propio territorio norteamericano por su carácter genocida, unilateral y obsoleto en un contexto además en que ha habido un acercamiento entre las dos naciones.

En una carta al presidente Barack Obama los congresistas estadounidenses Tom Emmer y Kathy Castor afirman que los recientes progresos en las relaciones entre Estados Unidos y Cuba no se reflejan en el anticuado bloqueo comercial.

Ambos legisladores emplazaron al primer mandatario estadounidense a buscar nuevas medidas que permitan derogar las leyes que sustentan el criminal bloqueo que en 54 años ha provocado daños que ascienden a más de un millón de millones de dólares.

Lo cierto es que aunque Obama ha adoptado una serie de medidas, calificadas por Cuba de positivas, aún son insuficientes y se mantiene en su esencia el cerco económico, al tiempo que como bien reconocen ambos congresistas en su misiva "el Congreso de Estados Unidos va a la zaga, sumido en disputas ideológicas".

El órgano legislativo por demás ignora el deseo de la mayoría de la sociedad norteamericana que está a favor del levantamiento del bloqueo económico, comercial y financiero que afecta el desarrollo socioeconómico del archipiélago.

Ese es igualmente el sentir de la mayoría de los cubanos residentes en Estados Unidos, de acuerdo a una reciente encuesta de la Universidad de La Florida. El sondeo reflejó que el 62 por ciento de los encuestados más jóvenes, con edades que oscilan de 18 a 29 años, reclamaron el fin del bloqueo contra su país de origen.

Asimismo, 68 por ciento favorece la normalización de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, cifra que aumenta a 90 por ciento entre los encuestados más jóvenes.

También en demanda de que se ponga fin a esa política hostil que causa sufrimiento a la familia cubana, la organización Oxfam manifestó su disposición de lanzar formalmente una campaña contra el bloqueo económico, financiero y comercial impuesto a Cuba, como parte de su estrategia más amplia para aumentar el apoyo a la Mayor de las Antillas.

Año tras año desde 1992 la Asamblea General de la ONU se pronuncia contra esa política hostil de Washington. En la votación de octubre pasado 191países, en una mayoría aplastante, condenaron el bloqueo contra el pueblo cubano, que afecta derechos humanos como la salud, educación y alimentación.

El hecho es que mientras Estados Unidos y Cuba mantienen conversaciones sobre diversos tópicos en aras de avanzar en el largo y complejo camino de la normalización de las relaciones, el genocida bloqueo se mantiene y es un obstáculo para la construcción de nuevos nexos bilaterales.