Siria: El montaje del terror y sus efectos

Édité par Martha Ríos
2016-08-24 15:25:50

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Foto: Archivo

Por Pedro García Hernández

A partir del 20 de agosto del 2013, el mundo fue conmovido con el montaje mediático del terror por medio de una supuesta matanza con gases tóxicos en Gutta, en la periferia oriental de Damasco, la capital siria.

Desde años antes, la gran operación contra el Gobierno de Bashar al Assad estaba en marcha pero los obstáculos en la realidad eran muchos y la firmeza en el terreno de quienes defendían la soberanía obligó a cambiar una y otra vez los planes desestabilizadores.

Las presiones se sucedían una tras otra contra el Gobierno legítimo de esta nación del Levante y las amenazas a partir de Washington de una intervención eran prácticamente inminentes y para los enemigos de Siria ahí estaba la oportunidad.

Demonizar a quienes dirigían al país era la primera opción y a eso se prestaron los grandes medios de comunicación occidentales y los que 'hacían coro'desde Arabia Saudí, Qatar o Turquía.

Aún en sitios como Wikipedia se pueden leer las tenebrosas consecuencias del ataque químico y que según cita ese medio, cobró la vida de mil 300 personas e hirió de gravedad a otras tres mil.

Fuentes bien creíbles y no precisamente favorables al Gobierno sirio como el general Dominique Delawarde, oficial de la inteligencia francesa, fue enfático sobre el tema: 'Personalmente, yo tengo la íntima convicción de que, en el caso de la masacre química de Damasco, estamos ante una nueva manipulación.'

El alto oficial sirvió dos años en el Medio Oriente y gran parte de esa misión como jefe de la Oficina de Inteligencia de la Fuerzas Interina de Naciones Unidas en el Líbano (Finul) y viajó por cuestiones de su propio trabajó a una docena de países de la región.

En un extenso artículo publicado ese mismo año bajo el título de Injerencia deliberada, pretexto dudoso, Delawarde desmenuza los endebles argumentos de Estados Unidos, Francia y el resto de las potencias occidentales sobre el asunto y que debieron marcar en la época, la intervención directa en Siria.

Después de demostrar que el menos beneficiado por esos hechos era el Gobierno de Bashar al Assad, expresa que los verdaderos beneficiados fueron Estados Unidos, Francia y el Reino Unido, cuyos claros objetivos estaban basados en la destrucción de Siria y el debilitamiento del movimiento de resistencia palestino Hezbolá e Irán.

Justo ahora, tres años después, el representante de Siria ante Naciones Unidas, Bashar al Jaafari, denunció las implicaciones de la inteligencia francesa en los sucesos de Gutta.

El representante de esa nación en el Consejo de Seguridad, François Delattre, calificó de 'absurdas' las declaraciones sirias.

Este último, olvidó o no leyó nunca el artículo de su compatriota Delawarde, quien puso frases lapidarias a la hipocresía del señor Delattre.

'¿La participación francesa en una intervención tiene que ver con el derecho de injerencia humanitaria o con el respeto a las convenciones de Ginebra?. Y si así fuese ¿Por qué Francia no propuso una intervención militar por la masacre de Gaza en enero del 2009, con mil 300 muertos muy reales y bien comprobados, entre ellos 900 civiles y 300 niños...

Allí el ejército israelí utilizó bombas de fósforo prohibidas por la Convención de Ginebra.'

Coincidentemente, el pasar de los años permite ratificar el doble rasero empleado por las grandes potencias occidentales. Nada fue cierto en Gutta Oriental y desde Damasco, el Gobierno legítimo de Siria continúa una resistencia tenaz por encima de cualquier manipulación.

(Tomado de PL)



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