Estados Unidos: ¿quién miente?

Édité par Maite González Martínez
2017-06-12 09:27:39

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Por María Josefina Arce.

Desde que llegó a la presidencia en enero de este año el presidente norteamericano, Donald Trump, no ha dejado de ser noticia. A sus opiniones y acciones en contra de los inmigrantes, musulmanes y cambio climático, se suma ahora estar sumido en un escándalo político.

Las recientes declaraciones ante el Comité de Inteligencia del Senado de James Comey, ex director del FBI, Buró Federal de Investigaciones, han levantado un revuelo, aunque desde hace semanas se manejaba una supuesta conexión de Rusia con las elecciones generales del noviembre pasado.

Comey declaró que el presidente norteamericano lo presionó varias veces para que frenara una investigación sobre los contactos de su exasesor de Seguridad Nacional Michael Flynn con Rusia.

Afirmó que las presiones y mentiras de Trump y su administración le hicieron filtrar sus conversaciones con el inquilino de la Casa Blanca apostando a que las revelaciones provocarían, como ocurrió, el nombramiento de un fiscal especial para investigar la presunta interferencia del país euroasiático en el proceso electoral.

El ex director de FBI fue destituido hace poco más de un mes y Trump primero alegó la forma en que manejó la investigación sobre los correos electrónicos de la candidata demócrata a las elecciones, Hillary Clinton como secretaria de Estado, aunque luego dijo que lo despidió debido a las investigaciones sobre Rusia.

La defensa del actual inquilino de la Oficina Oval negó que de alguna forma, el presidente norteamericano “ordenara o sugiriera a Comey detener investigación alguna”.

Hasta ahora nada está claro El propio Comey es para muchos un personaje controversial. Recordemos que a solo diez días de los comicios generales afirmó que se darían a conocer más evidencias sobre la forma en que la candidata demócrata Hillary Clinton usaba su correo electrónico.

Por lo pronto la Comisión de Inteligencia del Senado estadounidense que investiga el caso tiene programado interrogar a finales de este mes o principios de julio a Jared Kushner, yerno y consejero en la Casa Blanca del presidente Donald Trump.

Ya son muchos los que al referirse al actual escándalo hablan de los expresidentes Richard Nixon, quien renunció a su puesto acosado por el caso de Watergate, y Bill Clinton, quien sobrevivió el proceso sobre sus mentiras en torno a su relación extramarital con la becaria Mónica Lewinsky.

El hecho es que algunos piensan que la oposición podría promover un futuro proceso de destitución en contra del presidente Trump, por posible obstrucción de justicia, una idea que chocaría por supuesto con obstáculos, el principal que los republicanos dominan las dos cámaras del Congreso.

La Constitución deja en manos de la Cámara de Representantes la presentación de cargos de destitución en contra de un presidente norteamericano. De acordarse un juicio político la decisión de si se le destituye o no recae entonces en el pleno del Senado.

Lo cierto es que los vientos no favorecen por el momento a Trump, a quien, según un sondeo de Gallup en abril pasado, sólo el 36% de los estadounidenses considera “honesto y digno de confianza”.



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