Corrupción, ¿La hidra imbatible?

Édité par Maite González Martínez
2017-06-12 09:35:59

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SDPnoticias.com

Por: Guillermo Alvarado

El director de la Contraloría General de la Ciudad de México, Eduardo Rovelo, afirmó que la corrupción es un mal de carácter estructural, imposible de ser erradicado y lo más que pueden lograr las autoridades es mantenerlo bajo control, es decir dentro de límites “tolerables”.

Las declaraciones al diario La Jornada del funcionario, que dirige precisamente la entidad encargada de velar por la transparencia en la función pública, pueden tomarse en dos sentidos. Uno sería una visión realista ante un flagelo que, según él, se volvió “consustancial a la sociedad” y por lo tanto no tiene cura.

El otro significaría una simple y llana declaración de derrota de un Estado que se cansó de luchar contra la corriente y prefiere deslizarse plácidamente entre la basura y la podredumbre. Algo así como un “sálvese quien pueda” en un barco más agujereado que el Titanic.

Es verdad que la corrupción es un fenómeno gigantesco en el hermano país latinoamericano, si bien no es exclusivo de éste. Véase si no el reciente escándalo de la empresa brasileña Odebrecht, que regó dinero por gran parte de la región a cambio de favores, o más concretamente, de contratos con jugosas ganancias.

Que decir de los sucios manejos de la gran banca estadounidense y europea que llevaron al planeta en 2008 a una de las más profundas y peligrosas crisis financieras, cuyas consecuencias todavía se viven, sobre todo en pequeñas naciones que no tuvieron nada que ver con el asunto.

Pero volvamos a México, porque las palabras del señor Rovelo dejan un gusto muy amargo y merecen meditar sobre ellas.

Es verdad que en ese país la corrupción tiene un elevado costo, social, moral y económico. Según algunos analistas por esa vía se pierde hasta el 10 por ciento del Producto Interno Bruto, algo grave en una de las naciones más desiguales del planeta.

Desde el punto de vista político, este problema socava la autoridad de los gobernantes, pues no debe ser fácil para el presidente Enrique Peña Nieto explicar a sus conciudadanos cómo dos exgobernadores de su propio partido, el Revolucionario Institucional, fueron detenidos por corrupción. Nos referimos a Javier Duarte, del estado de Veracrúz, capturado en Guatemala; y Roberto Borge, de Quintana Roo, arrestado en el aeropuerto de Panamá cuando pretendía salir hacia París.

Debe ser pura casualidad, pero es curioso que Borge se escondía en un apartamento de la Torre Trump en la capital del país canalero.

Pero la realidad es que sí hay alternativas para eliminar la corrupción. Difíciles, arduas, trabajosas, pero existen. Están, por ejemplo, en el concepto de Revolución definido por el líder histórico cubano Fidel Castro el 1 de Mayo del 2000.

Dijo entonces: Revolución es cambiar todo lo que debe ser cambiado....es desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional; es defender valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio; …. es no mentir jamás ni violar principios éticos; es convicción profunda de que no existe fuerza en el mundo capaz de aplastar la fuerza de la verdad y las ideas.

No hay que ser pesimistas, sí se puede. La hidra, no es imbatible.



Commentaires

  • Alfredo Galano Loyol's gravatar
    Alfredo Galano Loyol
    13/06/2017 06:45 am

    La corrupción si se puede erradicar, él que quiera saber como lograrlo que estudie sobre Singapur y verá como ellos lograron limitarla a casi 0. Por otro lado voy a citar textualmente : "Pero la realidad es que sí hay alternativas para eliminar la corrupción. Difíciles, arduas, trabajosas, pero existen. Están, por ejemplo, en el concepto de Revolución definido por el líder histórico cubano Fidel Castro el 1 de Mayo del 2000." Lastimosamente el concepto que debería convertirse en nuestro guía y timonel de nuestras acciones, aún siendo firmado por la mayoría de los cubanos luego del fallecimiento de nuestro Fidel, se ha quedado ahí .... en solo palabras ... una frase hecha para ser usada cuando es conveniente. El cambio empieza desde nuestro interior y apostaría que sin llegar a los multimillonarios desfalcos de México, la corrupción en nuestro país también: "es un mal de carácter estructural". No lancemos piedras hacia otros techos cuando tenemos casa de cristal.


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