Un mundo recalentado

Édité par Martha Ríos
2017-06-28 14:59:25

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En zonas tropicales donde la temperatura suele ser elevada la mayor parte del tiempo, en 2100 las ondas cálidas ocurrirán prácticamente durante todo el año.

Por Guillermo Alvarado

Contrario a lo que opina el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y algunos de sus allegados, recientes informes científicos confirman que el calentamiento global es un fenómeno que ya ocurre desde hace años y, de no hacerse nada al respecto, para finales de siglo va a poner en riesgo la vida de una buena parte de nuestra especie.

En estos momentos una de cada tres personas está en riesgo de morir como consecuencia de una ola de calor pero, de mantenerse las actuales tendencias, para finales del siglo XXI ese peligro concernirá hasta el 70 por ciento de la población mundial, reveló un estudio publicado recientemente en la revista Nature Climate Change.

Las diversas regiones del planeta sufrirán estos efectos de manera diferenciada, pero en las zonas tropicales, donde la temperatura suele ser elevada la mayor parte del tiempo, en 2100 las ondas cálidas ocurrirán prácticamente durante todo el año.

Ya hay suficientes advertencias de que esto ocurrirá, y entre ellas figuran las canículas ocurridas en Europa occidental en 2003, que causó la muerte de 70 mil personas; la de Moscú en 2010, donde en tres meses fallecieron 10 mil habitantes o, incluso, la de Chicago en 1995, que causó 700 víctimas.

Los investigadores estudiaron los modelos climáticos publicados entre 1980 y 2014 donde se encontraron 783 casos de mortalidad humana como consecuencia del calor en 164 ciudades de 34 países, indicó el científico colombiano Camilo Mora, uno de los autores principales de la investigación.

En efecto, el calor mata, sobre todo cuando está combinado con una elevada tasa de humedad. Como se sabe, uno de los mecanismos que existen para enfriar el organismo es la evaporación del sudor. Sin embargo, cuando esto no ocurre debido a una alta humedad ambiental, el cuerpo sufre.

Los más expuestos son los niños, las personas mayores de 65 años, así como quienes sufren afecciones cardiovasculares y respiratorias.

En el peor de los escenarios, señala el documento, si no se hace nada para reducir la emisión de gases de efecto invernadero, el 47 por ciento de la superficie continental del planeta, donde vive el 70 por ciento de la población, estará expuesto a oleadas de calor mortal que ocurrirán durante buena parte del año.

Por el contrario, si se lograr una reducción del 50 por ciento de la emisión de contaminantes, el 20 por ciento de la gente estará expuesto a ese peligro.

No es ciencia ficción, ni  un invento de nadie, mal que le pese al presidente Trump. El 28 de mayo se registró en la ciudad pakistaní de Turbat una temperatura de 53,5 grados centígrados, quizás la mayor de toda la historia en esa parte del planeta.

En Estados Unidos, en la ciudad de Phoenix, Arizona, el 20 de junio se suspendieron unos 40 vuelos porque el calor en el aeropuerto fue de 49 grados centígrados, superior al que permite el despegue de los aviones con seguridad.

Así como el organismo sufre con el calor, el fenómeno físico que permite tomar altura a los aviones, está relacionado con la temperatura ambiental.

Estamos en un planeta recalentado y eso es peor que la incomodidad que sentimos día y noche. Hay vidas en riesgo, de hecho ya se perdieron decenas de miles y muchas más están amenazadas, pero todavía quedan muchos ciegos, que se niegan a ver.



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