Mister Trump va a París

Édité par Martha Ríos
2017-07-01 16:30:54

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Donald Trump. Foto: Archivo

Por Guillermo Alvarado

Una de las noticias difundidas a lo largo de esta semana es que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aceptó la invitación de su homólogo de Francia, Enmanuel Macron, y visitará París el 14 de julio, en ocasión de las conmemoraciones por la toma de la Bastilla, uno de los episodios clave del proceso histórico conocido como la Revolución Francesa.

Es una visita polémica por muchas razones, y la primera que se nos viene a la mente es que durante esa jornada se celebra el fin del despotismo de la monarquia y el inicio de la Francia republicana basada en los principios de Libertad, Igualdad y Fraternidad, que le dieron la vuelta al mundo e inspiraron a muchos movimientos por la independencia en los cuatro costados del planeta.

Ni el Donald Trump candidato a la presidencia, ni el que se ha mostrado ya instalado en la Casa Blanca, coincide en absoluto con estos principios. No vamos a decir que cree en el despotismo de la realeza, pero si en la realeza del dinero, al cual dedica todos sus esfuerzos y constituye el eje fundamental de su trabajo.

No se ve, entonces, qué tenga que hacer el presidente Trump en el tradicional desfile del 14 de Julio, que transcurre por la emblemática avenida de los Campos Elíseos y finaliza en la Plaza de la Concordia, donde ocurrieron numerosos acontecimientos vinculados con esa gesta histórica que transformó no sólo a Francia, sino que también a Europa y a buena parte del mundo.

Tampoco hay mucho en común entre ambos jefes de Estado. Macron es un hombre culto y quienes lo conocen lo califican de brillante, tiene algunas ideas progresistas, al nivel europeo, claro, en materia social y es liberal respecto a la economía.

Trump se ha mostrado presuntuoso y grosero, recordemos el empujón al primer ministro de Montenegro para sacarlo del primer plano, rechaza los acuerdos internacionales y en sus intervenciones hay más de teatro bufo que de estadista serio.
Habrá que ver de qué hablan y si logran entenderse.

Algunos analistas señalan que el presidente estadounidense aceptó la invitación para tratar de borrar un poco la mala impresión que causó en el mundo y, en particular en Francia, cuando se retiró del Acuerdo de París sobre Cambio Climático.

Aprovechará, además, que la visita coincidirá con el centenario de la entrada del ejército de Estados Unidos en la Primera Guerra Mundial.

Por supuesto que hay señales fuertes de oposición a la presencia de Donald Trump en la conmemoración de la Revolucion Francesa. El líder de izquierda, actual diputado y excandidato a la presidencia, Jean-Luc Mélenchon, lamentó la invitación y dijo que la conmemoración representa las libertades de los franceses y Trump representa a la Organización del Tratado del Atlántico Norte, la OTAN.

También el Partido Comunista Francés emitió un comunicado donde rechaza este viaje y llama a la población a participar en manifestaciones pacifistas durante ese día.

Con su oratoria carente en absoluto de sutileza y sentido común, el señor Trump se va a París. Esperemos que no haga allí el efecto de un elefante en una cristalería.  
 



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