Por María Josefina Arce.
El 2007 marcó un antes y un después en Panamá con la llegada del método cubano de alfabetización “Yo sí puedo”, reconocido por gobiernos y organismos internacionales por su enorme contribución a la lucha mundial contra el analfabetismo.
A más de 70 mil asciende en la actualidad el número de personas alfabetizadas en el país istmeño, en español y en los dialectos originarios, mediante el programa cubano, calificado de eficaz y económico por la UNESCO, Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
De hecho la directora general de la UNESCO, Irina Bokova, ha afirmado que el “Yo sí Puedo”es un ejemplo de programa eficaz y una muestra de cooperación Sur-Sur.
Promovido por el líder histórico de la revolución cubana, Fidel Castro, y tomando como experiencia la campaña de alfabetización en Cuba en 1961, nació este método que ha beneficiado a cerca de 10 millones de personas en 30 países del orbe.
Premios como el Mestre 68, otorgado en España por varias instituciones, y el Rey Sejong, que entrega la UNESCO, son algunas de las distinciones que ha recibido este novedoso método, que también existe en sistema Braille, para ciegos y personas con dificultades visuales.
Aunque su aplicación estuvo casi paralizado en Panamá durante el mandato del ex presidente Ricardo Martinelli, con el concurso de especialistas cubanos que se mantuvieron en la nación del istmo se logró alfabetizar en esa época a unas 800 personas de Guna Negra y Guna Yala..
Ahora se aspira a intensificar la cooperación con Cuba en esta esfera y en ese camino las autoridades educativas de los dos estado se han reunido para avanzar en ese objetivo.
Durante una reciente visita a territorio panameño de la ministra cubana de Educación, Ena Elsa Velázquez, se abordó este tema y se estudia la aplicación también en ese país del “Yo sí puedo seguir”, método que permite dar continuidad de estudios a los alfabetizados para alcanzar el nivel primario de escolaridad, al incorporar asignaturas como Historia, Lengua Española, Matemática y Ciencias Naturales.
Este programa permite que la persona alfabetizada continúe sus estudios para no perder habilidades y convertirse nuevamente en un analfabeto funcional.
La titular cubana afirmó que esta experiencia se aplicó con muy buenos resultados en Ecuador, Venezuela, Bolivia y Nicaragua, naciones estas tres últimas que se unieron a Cuba en ser declaradas territorios libres de analfabetismo por la UNESCO.
La cooperación en esta esfera también comprende la capacitación del personal que aplica el método cubano, que se adapta al idioma de cada país que lo emplea, así como a sus condiciones históricas, geográficas y sociales.
Este proyecto tuvo su bautismo de fuego en el 2001 en Haití, donde en aquellos entonces la mitad de la población era analfabeta. Más de 100 000 personas fueron alfabetizadas en la nación caribeña con el método desplegado a través de la radio.
Con un mínimo de tiempo y recursos y el apoyo de un facilitador, este método ha posibilitado a los más pobres aprender a leer y escribir, con el fin de mejorar su calidad de vida.
El método “Yo sí puedo” es otro ejemplo del legado internacionalista y humanitario del líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro, quien siempre creyó en la educación como principal herramienta emancipadora de los pueblos.
