Plaga mortal

Édité par Maite González Martínez
2017-08-04 08:23:06

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Por: Guillermo Alvarado

De acuerdo con datos preliminares las muertes por sobredosis de drogas ascendieron en Estados Unidos durante 2016 a 59 mil, lo cual significa un incremento del 19 por ciento respecto a igual período anterior y convierte a esta plaga en la principal causa de fallecimientos entre los adultos menores de 50 años.

Decimos que se trata de informaciones preliminares porque aún falta por calcular los últimos meses del año, por lo que esta cifra podría aumentar, en el país que está considerado como el principal mercado mundial de estupefacientes.

Se trata de un problema que tiene múltiples facetas, policiales, económicas, financieras, humanas y por encima de todo de salud. Los costos de los tratamientos para los adictos son elevados, así como los de la hospitalización de quienes caen víctimas del consumo.

Las autoridades en el país norteño identificaron como los más mortíferos a los denominados opiáceos, es decir a los derivados de la resina de la amapola, que contienen numerosas moléculas con diversos efectos sobre el organismo.

Pueden ser narcóticos, con propiedades adormecedoras; analgésicos, para combatir dolores de particular intensidad o antitusivos, para combatir la tos y otros problemas respiratorios y muchos de ellos se expenden sin mayores controles en las farmacias con una simple receta médica.

A partir de las moléculas naturales la poderosa industria farmacéutica estadounidense ha desarrollado numerosos derivados con un potencial adictivo muy fuerte y que están detrás de numerosos fallecimientos.

Figuran entre ellos, por ejemplo, la oxycodina y la hydrocodina, comercializados con diferentes nombres según los laboratorios que las producen y que están consideradas por la Organización Mundial de la Salud como analgésicos de nivel 3, el más elevado reconocido por esa entidad y cuyo consumo explotó en Estados Unidos a partir del 2000 cuando las firmas farmacéuticas consiguieron suavizar las reglas para su prescripción, lo que las puso al alcance de cualquiera con dinero para adquirirlos.

El problema es que estos productos tienen un alto potencial adictivo y además crean tolerancia en el organismo, por lo que cada vez se requieren mayores cantidades hasta que en algún momento se alcanza el nivel de la sobredosis mortal.

Pero el problema, ya de por sí grave, no se detiene allí, pues a partir de las moléculas naturales y sus derivados, como la morfina, por medio de reacciones químicas de manera legal o clandestina se pueden obtener otras drogas conocidas como opioides y donde la más conocida es la letal heroína.

Recientemente el diario The New York Times publicó que "se calcula que más de dos millones de estadounidenses dependen de los opiáceos y que 95 millones más usaron analgésicos recetados durante el año pasado, más de los que fumaron tabaco".

Se trata de una plaga que ya no afecta sólo a barrios deprimidos o zonas desfavorecidas, sino que se extiende por lugares de la costa este, como Maryland, Florida o Pennsylvania y sus víctimas pertenecen a las capas acomodadas de la población. Cosas de la modernidad: el perfil típico en el imaginario popular del drogadicto negro o latino pobres ahora lleva piel blanca, traje y corbata en una sociedad que lleva en su seno a su peor enemigo, sin que muchos se percaten del peligro. FIN



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