¿Busca Trump hegemonía en el mundo virtual?

Édité par Martha Ríos
2018-02-03 16:18:04

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El presidente de EE.UU. pretende nacionalizar la quinta generación de la telefonía móvil. Foto: Archivo

Por Guillermo Alvarado (RHC)

La filtración a medios de comunicación de algunos documentos que circularon entre altos funcionarios de la administración de Donald Trump permiten prever que el gobierno de Estados Unidos, en un acto sin precedentes, se apresta a nacionalizar una parte de la red de transmisión de telefonía de última generación, conocida en términos generales como “5G”.

Como excusa, el jefe de la Casa Blanca emplea el socorrido argumento de defender los intereses de su país, en este caso frente a la “terrible” amenaza que supone China en materia de investigación y desarrollo, eso que en la terminología moderna tiene como símbolo I+D.

Para los muchos que somos legos en materia de las actuales tecnologías, conviene una breve explicación.

La telefonía móvil, o celular, ha avanzado por generaciones. Así, las primeras redes que servían exclusivamente para hablar, es decir transmitir la voz de un aparato a otro, fueron la 1G y se popularizaron por los años 90 del siglo pasado.

Siguió la 2G cuando los operadores consiguieron que además de la voz, se enviasen mensajes de texto, los llamados SMS por las siglas en inglés de “short message service”.

Surgió después la 3G, con la capacidad de hablar, enviar textos e imágenes y la posibilidad de navegar por internet y descargar ficheros.

La 4G mejoró notablemente los servicios anteriores, sobre todo en la velocidad de la transmisión de datos, que llegó al gigabit por segundo.

Ahora se está desarrollando la quinta generación, que es precisamente la que Trump pretende nacionalizar por un plazo de tres años para tener dominio exclusivo e impedir que se desarrolle en otras potencias, entre ellas China y la Unión Europea.

Para que se tenga una idea de las diferencias, la transmisión de datos en 4G se puede comparar a la fuerza de una manguera de jardín, mientras en 5G es similar a la potencia de la manguera de un carro de bomberos.

Si una película en alta definición se puede descargar más o menos en una hora utilizando una red de cuarta generación, en la de quinta sería cuestión de segundos.

Sirva esto para dar una idea del enorme salto que significará para el desarrollo esta nueva red, que permitirá conectar al mismo tiempo a cientos de millones de dispositivos que van mucho más allá del simple teléfono y la computadora y abarcan un universo extraordinario de objetos, desde automóviles y cámaras de seguridad, hasta cerraduras, reguladores de energía, equipos electrodomésticos y un muy largo etcétera que cambiará la vida de quienes tengan acceso a ellos, posiblemente ya para el año 2020, cuando esperan que esté a punto.

Además de ser una potencia militar y económica, Trump aspira a la hegemonía en el mundo virtual y la última tecnología asociada a éste, y no tanto por razones de seguridad como argumenta, sino por el elemental egoísmo y afán de lucro que es el motor impulsor del sistema capitalista, para el cual el conocimiento compartido no es un derecho ni una aspiración de toda la humanidad, sino una herejía.      

 

 



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