Cumbre de las Américas debe evitar politización de los debates

Édité par Martha Ríos
2018-03-23 13:48:55

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Imagen ilustrativa de Archivo

Por Roberto Morejón (RHC)

Los eslabones de la octava Cumbre de las Américas están en marcha y NO pocos gobiernos y fuerzas sociales alertan sobre la necesidad de que los organizadores velen por las mejores condiciones para el debate, tanto del foro al más alto nivel como de los paralelos.

Concebida como ámbito para la discusión de asuntos de interés en el Hemisferio Occidental, las cumbres de las Américas y sus eventos colaterales ya fueron escenario con anterioridad de exclusiones flagrantes y acciones de provocadores.  

Al foro social de la séptima cumbre de las Américas efectuada en Panamá en abril de 2015 acudieron algunos representantes NO legítimos de sociedades civiles con la intención de desacreditar a países con gobiernos progresistas.

En el foro istmeño irrumpieron irrespetuosamente varios enemigos históricos de las causas populares porque en esos foros tratan de hacerse escuchar de forma altisonante y ganar eco en plataformas mediáticas.

Esa verdad salta a la palestra pública en medio de los preparativos de la octava cumbre de las Américas que con sus foros paralelos tendrá como escenario a Lima en abril venidero.

La capital peruana acogió esta semana el Diálogo Hemisférico con la presencia de portavoces de las mesas temáticas previstas para el encuentro del mes próximo.

Allí asomaron su cara algunas personas de cuestionable trayectoria  invocando redes al servicio de los más retrógrados intereses oligárquicos y de una potencia regional.

La pretensión es politizar los temas de la agenda de la cumbre hemisférica que fijó a la corrupción como eje central del diálogo.

Resulta paradójico que individuos con ese objetivo sinuoso merodeen Lima libremente a propósito de la cumbre de las Américas y sus encuentros previos mientras a algunas organizaciones con derecho a participar les negaron la inscripción.
 
El encuentro hemisférico ya signó un preámbulo nefasto cuando el ahora dimitente Pedro Pablo Kuckzinsky se opuso en su calidad de presidente del país anfitrión a la asistencia del jefe de Estado de Venezuela, Nicolás Maduro.

También generó inquietud en varios países el concepto y formato de las coaliciones diseñadas para el desarrollo del Foro de la Sociedad Civil, muy complaciente con los moldes de la cuestionada OEA.

Hablamos de situaciones que enturbian la atmósfera previa a una cita que debería establecer canales propicios para la exposición de la diversidad de criterios prevalecientes en la región y su discusión franca.

Los directivos de la octava cumbre de las Américas tienen poco tiempo para culminar los preparativos y está por ver si lograrán que los acreditados a todos los foros participen de forma cuidadosa y productiva.

 



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