Por: Rosmerys Bernal Piña
La Habana, 21 jul (RHC) Las desavenencias en torno a las negociaciones para la salida británica de la Unión Europea (UE) o Brexit, continúan en Reino Unido a ocho meses de la fecha marcada para esa retirada.
Mientras unos optan por una posición “dura”, que elimine de manera radical los vínculos comerciales y políticos con la UE, otros abogan por acuerdos amigables.
El gobierno de Reino Unido enfrenta una crisis interna motivada por las diferentes posiciones políticas para mantener lazos estrechos con la UE.
Recientemente, los titulares del Brexit y de Exteriores, David Davis y Boris Johnson, respectivamente, presentaron la dimisión por disconformidades con la estrategia implementada por la primera ministra, Theresa May.
Davis y Johnson estaban entre los principales promotores en el Ejecutivo de una ruptura radical, o Brexit duro. Ellos, al igual que otros políticos con su misma posición, opinan que “las propuestas de la gobernante dejan a Reino Unido atrapado permanentemente como un Estado vasallo de Bruselas”.
En ese sentido el diputado conservador Boris Johnson llamó ante la Cámara de los Comunes a apostar por “un país fuerte, independiente, autónomo y abierto al mundo”.
De igual manera el líder del Partido Laborista británico, Jeremy Corbyn, criticó ante los parlamentarios la forma en que May conduce las conversaciones con el bloque y su dificultad para lograr consenso interno.
La estrategia de May recibió una fuerte oposición por parte de algunos políticos, sin embargo, la mandataria resaltó que a pesar de las críticas hasta el momento ninguno de ellos le ha presentado alternativas factibles.
La líder británica advirtió que la salida de la Unión Europea podría perjudicarse por esas desavenencias y resaltó la necesidad de no perder de vista el objetivo principal, pues de lo contrario se corre el riesgo de acabar con el Brexit.
Por esa razón, insistió en mantener su postura sobre el tema, mientras aseguró que las negociaciones continúan sobre la base del acuerdo Checkers y el llamado Libro Blanco.
En el acuerdo tomado en Checkers, casa de campo del Primer Ministro de Reino Unido, se presentó una iniciativa para evitar controles aduaneros y mantener abierta la frontera con la República de Irlanda.
Asimismo, en el llamado Libro Blanco, el Ejecutivo plantea la relación que desean mantener con los 27 Estados comunitarios luego del 29 de marzo de 2019.
Tras extensas y contradictorias negociaciones, el gobierno dio a conocer el 6 de julio su propuesta para crear una zona de libre comercio entre el Reino Unido y el bloque con reglas comunes para los bienes industriales y los productos agrícolas.
El documento plantea una asociación económica, de seguridad y en otras áreas relevantes para el Reino Unido, así como un marco constitucional para la gobernanza y supervisión de la futura relación.
Propone la creación de un área de libre comercio para bienes y un dispositivo facilitado de aduanas, de manera que la nación británica y la UE funcionen como un territorio combinado.
El texto indica la necesidad de establecer un marco de movilidad para facilitar los viajes de negocios y turismo, además de las estancias de los estudiantes británicos y de países comunitarios.
También se insiste en la seguridad de la región, mediante una nueva asociación para compartir efectivos y crear mecanismos con vistas a la coordinación de políticas de exteriores y de defensa.
Londres desea mantener su participación en agencias de cooperación policial y judicial, como Europol y Eurojust, respectivamente, para lo cual aseguró que asumirá las normas y costes necesarios.
El negociador jefe de la UE, Michel Barnier, escribió en su cuenta de la red social Twitter que analizarán el documento de acuerdo con las directrices europeas, para luego comenzar las negociaciones.
Durante su visita oficial a territorio británico, del 12 al 15 de julio, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ofreció una entrevista al diario The Sun en la cual menospreciaba la estrategia de la primera ministra sobre el Brexit.
En la entrevista, criticada por diputados de todos los partidos británicos, Trump aseguraba que un Brexit como lo planea May actualmente acabaría con la posibilidad de un acuerdo comercial con la nación norteña.
Sin embargo, más tarde en una conferencia de prensa ofrecida junto a la primera ministra, matizó su postura sobre ese tema.
El mandatario estadounidense afirmó que para su Gobierno estarían bien las decisiones adoptadas por el Ejecutivo británico, en tanto calificó de muy buena y fuerte la relación entre ambas naciones. También resaltó que May realiza un gran trabajo.
En el referéndum del 23 de junio de 2016, 17 millones 410 mil 742 británicos (52 por ciento) respaldaron la salida de la UE, mientras que 16 millones de votantes (48 por ciento) apoyaron la permanencia.
Sin embargo, un sondeo de ORB International publicado este julio reveló que el apoyo de los votantes a la gestión de May cayó al 29 por ciento, según expertos su nivel más bajo desde noviembre de 2016.
El 56 por ciento de los consultados no confía en que la primera ministra consiga el acuerdo adecuado, mientras el 26 por ciento del electorado opina lo contrario y el resto no se pronuncia.
Este año, en el segundo aniversario del referéndum, miles de británicos salieron a las calles para exigir una nueva consulta del Brexit.
En tanto, otros marcharon específicamente por el centro de Londres para reclamar una votación pública final sobre los términos que se deberían acordar con Bruselas.
Por su parte, la Unión Europea anunció que respetará los plazos previstos en la negociación con el Reino Unido, pero dejó abierta la posibilidad de extender el período de intercambios si no se consigue unanimidad entre los Estados miembros de ese organismo regional.
La separación está planificada para el 29 de marzo de 2019, sin embargo, según especialistas, el cumplimiento de ese plazo resulta improbable. (Fuente:PL)