Las víctimas inocentes de la política migratoria de Trump

Édité par Lorena Viñas Rodríguez
2018-08-21 10:29:05

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Foto: Archivo.

Por: María Josefina Arce

Entre rejas, víctimas de maltratos y teniendo que consumir agua en mal estado esa es la realidad de los niños migrantes que han sido separados de sus padres en Estados Unidos, por la inhumana y cruel política migratoria puesta en marcha por el presidente Donald Trump.

Como una pesadilla puede calificarse la vivencia de los pequeños en los centros de detención en territorio estadounidense. En junio pasado organizaciones sociales incluyeron en una demanda contra el gobierno, presentada ante un tribunal de California, el testimonio de unos 200 infantes, que califican de chocante y atroz.

Peter Schey, abogado del Centro de Derechos Humanos y Ley Constitucional, una de las organizaciones demandantes, citado por el diario El país, detalló que los niños lloraban y temblaban, estaban hambrientos, sedientos, enfermos y aterrados.

De hecho un reciente informe de la UNICEF, Fondo de la ONU para la Infancia, alerta sobre las secuelas y traumas que quedan en los niños migrantes detenidos y separados de sus familias, como ocurrió en Estados Unidos.

Enfatiza el documento que el trauma sufrido por los infantes detenidos por las autoridades de migración y separados de sus familias puede tener un efecto negativo en su desarrollo a largo plazo, al tiempo que al ser deportados a sus países de origen a muchos les espera una situación de pobreza y violencia.

De acuerdo con la directora regional de UNICEF para América Latina y el Caribe, María Cristina Perceval, los menores que son enviados a sus países de origen muchas veces no tienen un hogar al que regresar, terminan endeudados o son blanco de las pandillas, y esto los obliga a emigrar de nuevo.

El creciente repudio tanto en Estados Unidos como a nivel internacional obligó al presidente Trump a derogar el pasado 20 de junio la política de rupturas de familias, iniciada en abril y que conllevaba a la detención y presentación de cargos penales contra cualquier adulto que intentara entrar ilegalmente en suelo estadounidense y la separación de sus hijos.

Unas dos MIL 600 familias fueron separadas por la política de tolerancia cero que pusiera en marcha la administración estadounidense y que fuera calificada como inadmisible y cruel por el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos.

“Pensar que un estado busca disuadir a los padres infligiendo tal abuso a los niños es inadmisible”, afirmó Zeid Ra’ad Al Hussein, en la apertura en junio de una sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra.

Todavía más de 500 infantes, de ellos 24 menores de cinco años, continúan separados de sus padres y es incierto su futuro, pues en muchos casos no ha sido actualizada la información sobre sus progenitores y en otras ya fueron deportados.

Dramática ha sido la experiencia vivida en estos meses por los niños migrantes separados de sus familias por el gobierno de Donald Trum, una situación que ha causado indignación en la sociedad estadounidense y en el mundo, pero que no es nueva en un país que se dice defensor de los derechos humanos.

Estados Unidos, recuerda el diario El Comercio, tiene una larga historia en dividir familias, detener a menores de edad o permitir que otros lo hagan y que viene desde la época de la esclavitud.

Poco al parecer ha cambiado en siglos esta práctica que daña especialmente a los niños que ven comprometido su presente, pero también su futuro.



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