Sáhara Occidental, ¿deshielo en el desierto?

Édité par Maite González Martínez
2018-12-05 09:37:26

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Foto/Clarin

Por: Guillermo Alvarado

Desde este miércoles la ciudad suiza de Ginebra es sede de un nuevo intento para descongelar las negociaciones en torno a la autodeterminación y soberanía del pueblo del Sáhara Occidental, uno de los 17 territorios en el mundo bajo supervisión del Comité de Descolonización de la ONU.

Si bien numerosos autores discuten si se trata en esencia de un proceso de colonización o una invasión lo que sucede en ese país, ubicado en el norte de África, lo cierto es que a todo un pueblo se le niega sistemáticamente por la fuerza de las armas y la intransigencia política su derecho a la libertad.

España comenzó a asentarse en esa región desde el siglo XV, si bien fue hasta 1860 que ocupó la franja costera en el Atlántico y en 1934 la extendió hacia el interior.

En 1976 Madrid realizó una artera maniobra cuando decidió retirarse del Sáhara Occidental, pero en lugar de propiciar la independencia de lo que hasta entonces consideró como su provincia, le entregó el territorio a Marruecos y Mauritania, interrumpiendo así el proceso de descolonización.

Durante ese mismo año el Frente Polisario proclamó la República Árabe Saharaui Democrática en los 266 mil kilómetros cuadrados de su territorio, comenzó una lucha de liberación nacional y exigió un referendo de autodeterminación.

En 1979 Mauritania firmó la paz con el Frente Polisario, lo que fue aprovechado por Marruecos para invadir esa otra parte del territorio y en la actualidad controla más del 80 por ciento, sobre todo el más rico, en el litoral marítimo.

La República Árabe Saharaui es en su mayor parte desértica y con un pobre régimen de lluvias, pero su suelo tiene las mayores reservas de fosfatos en el mundo y en sus mil 500 kilómetros de litoral atlántico existe abundante pesca.

Hasta el momento ha sido reconocida por 82 países, la mayoría africanos o de América Latina y El Caribe. No tiene estatuto de miembro de la Organización de las Naciones Unidas y cada vez que el asunto trata de introducirse en el Consejo de Seguridad es vetado de inmediato por potencias occidentales.

El enfrentamiento armado con Marruecos terminó en 1991, tras 16 años de guerra, pero las negociaciones para obtener la soberanía están estancadas desde 2012, debido sobre todo a la oposición de Rabat de discutir el asunto.

La reunión que comienza este miércoles en Ginebra es un tímido intento de romper el hielo, sobre todo si se toma en cuenta la agenda que está plagada de puntos ambiguos y poco significativos, como “situación actual”, “integración regional”, o “futuras etapas para la negociación del conflicto”.

El Frente Polisario mantiene el principio inclaudicable de que todo se puede negociar, excepto el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación. Para ello cuenta con el apoyo de numerosos países, entre ellos Argel y Cuba, que siempre han estado de su lado en esta prolongada batalla por la independencia.



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