Intelectuales contra ataques a Venezuela

Édité par Maite González Martínez
2019-03-19 08:09:46

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Por: Guillermo Alvarado

Un grupo de 123 académicos estadounidenses, encabezados por Noam Chomsky, dirigieron una carta a la Oficina de Washington para América Latina, WOLA, por sus siglas en inglés, donde reclaman un cambio de rumbo en la política agresiva que el gobierno del presidente Donald Trump mantiene contra la República Bolivariana de Venezuela.

Los intelectuales expresaron su gran preocupación por el camino que WOLA ha tomado respecto a un asunto de vida o muerte y posiblemente de guerra y paz respecto a América Latina.

Señalaron que el empeño de Trump por cambiar el régimen de Venezuela es erróneo en todos los sentidos: legal, moral y políticamente hablando y precisaron que el mismo presidente y varios de sus altos funcionarios amenazaron con la guerra, sin tomar en consideración todos los problemas que un conflicto suele traer aparejado.

WOLA debería oponerse a estas prácticas, así como casi todo el mundo progresista rechazó la guerra contra Iraq en 2003, pero en lugar de ello esta oficina lo que está haciendo es avalando las conductas del ejecutivo. La obsesión por el cambio de régimen lo único que está logrando es empeorar las cosas y provocar sufrimientos y privaciones a millones de seres humanos.

Los académicos también advirtieron sobre las consecuencias que puede acarrear la falta de voluntad para llevar el conflicto a la mesa de negociaciones, como lo han propuesto el papa Francisco y el denominado Mecanismo de Montevideo, impulsado por los gobiernos de México y Uruguay.

Estados Unidos más bien se inclina por un grupo que sostiene las políticas agresivas de Trump, Marco Rubio, John Bolton, Elliott Abrams y otros funcionarios que ven en la confrontación la única solución a la crisis. Este grupo estaría concentrado alrededor de varios países miembros de la Unión Europea y gobiernos sumisos de América Latina.

En su misiva, los intelectuales estadounidenses critican la política de sanciones contra Venezuela, así como el reconocimiento al supuesto “presidente encargado”, Juan Guaidó, que implica automáticamente la imposición de un bloqueo al desviar los recursos derivados de la venta del crudo sudamericano hacia este sujeto.

De esta manera se está impidiendo el ingreso de miles de millones de dólares que son propiedad legítima de Caracas y que resultan indispensables para la compra de medicamentos, comida y otros insumos necesarios para atender las necesidades de la población.

Esto no solo resulta profundamente inmoral, sino que también viola las más elementales normas internacionales, incluida la Carta de la Organización de las Naciones Unidas y varios convenios que fueron firmados por Washington.

WOLA defendió las sanciones contra Venezuela porque, según esa oficina, solo perjudican al gobierno de Nicolás Maduro, pero no afectan a la población en general, lo que es absolutamente falso según puede comprobar cualquiera con elementales conocimientos de economía.

A la administración Trump no le interesa una solución negociada a este conflicto y tampoco le importa en lo más mínimo el sufrimiento que sus agresiones puedan acarrear a víctimas inocentes en la consecución del único objetivo que la Casa Blanca tiene en mente: apoderarse, por las vías que sean necesarias, de las mayores reservas de petróleo del planeta y ponerlas inmediatamente bajo la administración de las corporaciones estadounidenses, en contubernio con algunas transnacionales europeas, entre ellas British Petroleum, TOTAL, de Francia, y Repsol, de España.

Cualquier cosa que pudiera ocurrirle a la población venezolana en ese ínterin, es algo que a Donald Trump y sus aliados les tiene sin el menor cuidado. FIN



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